
El
filósofo francés Pierre Bourdieu, dedicado a la sociología, definió al poder
político como la suma del resto de poderes; es decir, como la suma del poder
que se da en todos los campos de la sociedad, económico, intelectual,
informativo, etc.
Para ello,
definió al ‘campo’ como el lugar de acción social
donde se compite por los beneficios específicos de cada campo, y que en cada
uno de estos, se compite según el capital que se posee. Entiendo como capital, a
la suma de todo lo que puede ser utilizado. Podría ser la suma de habilidades,
para obtener las máximas ventajas y así imponerse sobre los otros.
Según
esto, podríamos decir que la lucha por el poder político se da en todos los
campos de la sociedad y que por tal, los partidos políticos tienen que estar
estructurados y organizados para luchar en toda esa infinidad de campos. Por
ello y ante la crisis de representatividad mundial, es necesario reflexionar
sobre el cómo fueron imaginados los partidos políticos cuando surgieron y
fundamentalmente sobre el cómo deben ser imaginados para enfrentar el futuro.
En el caso
peruano, tenemos al Apra como el partido político más importante del siglo XX,
el cual está atravesando una fuerte crisis debido a los cambios originados por
la globalización, la alta tecnificación y la democratización de la información.
En resumen, la forma en que se estructuró cuando apareció ya no responde a la
realidad política actual.
Debido a
ello, podríamos decir que el Apra ha dejado de lado la idea que nos da Bourdieu
sobre el poder político y que por tal, se ha limitado a desenvolverse dentro de
lo político, entiendo por esto, a limitar su desarrollo dentro de la estructura
política tradicional, que en la actualidad ya no representa a lo político, sino
únicamente a los políticos. Por tal, el Apra ha pasado de ser el Partido del
Pueblo a ser el partido de los apristas.
Entonces,
para romper con esta trágica continuidad de acción política que solo lo llevará
a su desaparición, el otrora Partido del Pueblo debe estructurarse nuevamente.
Para esto, debe comprender que la sociedad para la que fue estructurado ya no
existe.

Luego, y
debido cada vez más a la alta tecnificación, debe de prestar mucho mayor
atención a su estructura funcional, pues es en este campo en donde se da la
lucha por el poder del conocimiento, en el que solamente los profesionales
altamente calificados podrán hacerse de ese poder. Así, por mencionar solamente
un ejemplo, el Apra deberá salir en busca de los mejores cuadros
universitarios, pero no para introducirlos en la dinámica partidaria, la cual
los espanta, sino para saber quiénes son y a quiénes tendrá que llamar para
poder conducir el Estado de la mejor manera posible.
Nos queda
entonces el campo territorial, el cual descansa básicamente sobre una
estructura mucho menos abstracta que las dos mencionadas anteriormente, y que
vemos reflejada en los locales partidarios distribuidos por todo el territorio
nacional.

En
conclusión, la famosa apertura del Apra no significa abrir sus puertas y
convertirlo de alguna manera en un club social, significa más bien abrirlo a
las nuevas necesidades de la sociedad y por ende, de la política. Esto es, la
apertura del Apra debe pasar por renovar
su manera de entender y sentir la política.
Jaicec
Espinosahttp://jaicec.blogspot.com