La nueva generación de universitarios peruanos tenía menos de diez años cuando Alberto Fujimori
fugó vergonzosamente del país, a raíz de la difusión del video donde su
gobierno compraba en dinero contante y sonante la adhesión del
parlamentario de Perú Posible Alberto Kouri Bumachar. La escena de los treinta mil dólares
entregados resultaba apenas la punta del iceberg. De allí en adelante
la ciudadanía pudo ver asombrada decenas de videos en los que por
primera vez en la historia, quedaba registrada la compra con recursos
públicos de empresarios, políticos y periodistas.
Costales de dinero saqueado del fisco quedaron grabados para sorpresa del mundo entero y afrenta de los peruanos.
No eran discretos sobres al estilo de las películas de gánsteres ni la
promesa del depósito en alguna lejana cuenta secreta. Se trataba cada
vez, de un cerro de billetes que para acarrearlo, los vendidos
necesitaban bolsas y hasta maletas.
¿Cuánto sumó lo robado al
fisco? No hay una cifra precisa pues las investigaciones no culminan. De
lo exhibido hay que calcularlo por metros cúbicos, dejando constancia
que la gran mayoría de los videos del latrocinio no han sido revelados.
Están ocultos sin otra razón que no sea la de proteger a ciertos
poderosos. Además los testimonios sobre las maletas llenas de dólares enviadas regularmente a Japón y
los indicios de las indagaciones hechas por firmas especializadas, dan
cuenta de que el monto andaría entre los 2,700 millones de dólares y los 6 mil millones que denuncia Mario Vargas Llosa.
Para
que los jóvenes estudiantes tomen nota de la magnitud del delito,
comparémoslo con lo que Francisco de Jerez, autor de “La verdadera
relación de la conquista del Perú”
publicada en Sevilla en 1534, registró del tesoro entregado por el Inca
para su rescate. Alcanzaba un monto de 1.326,539 pesos castellanos de
oro y 51,610 marcos de plata, que según precisó Mariano Moreyra Paz
Soldán en 1943, equivalían a 5,971 kilos de oro y a 11,041 kilos de
plata fina.
A precios actuales esa cantidad de oro se valoriza en unos 344 millones de dólares y la plata en 13 millones de dólares.
El cuarto del rescate repleto hasta donde se empinó el brazo de
Atahualpa, a precios de mercado, suma en total 357 millones de dólares.
Los estudiosos siempre consideraron esa cantidad como uno de los
botines de guerra más grandes de la historia universal. Hasta ahora la
peruanidad se hunde en una melancólica depresión cada vez que recordamos
el drama de la conquista por el saqueo cometido.
Todo el
esfuerzo del gran emperador para recolectar lo que se encontrara de oro y
plata en el poderoso Tahuantinsuyo, empalidece ante el asalto de Fujimori.
Esas decenas de millones de Cajamarca, son de menor cuantía frente a lo
acumulado por los ladrones que capturaron el poder en los años noventa.
Incluso lo devuelto, que si bien se acerca a las dos terceras partes
del cuarto del rescate, es apenas un décimo de lo robado, sumergido en
los misterios del Oriente.
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