Costales de dinero saqueado del fisco quedaron grabados para sorpresa del mundo entero y afrenta de los peruanos. No eran discretos sobres al estilo de las películas de gánsteres ni la promesa del depósito en alguna lejana cuenta secreta. Se trataba cada vez, de un cerro de billetes que para acarrearlo, los vendidos necesitaban bolsas y hasta maletas.
¿Cuánto sumó lo robado al fisco? No hay una cifra precisa pues las investigaciones no culminan. De lo exhibido hay que calcularlo por metros cúbicos, dejando constancia que la gran mayoría de los videos del latrocinio no han sido revelados. Están ocultos sin otra razón que no sea la de proteger a ciertos poderosos. Además los testimonios sobre las maletas llenas de dólares enviadas regularmente a Japón y los indicios de las indagaciones hechas por firmas especializadas, dan cuenta de que el monto andaría entre los 2,700 millones de dólares y los 6 mil millones que denuncia Mario Vargas Llosa.
Para que los jóvenes estudiantes tomen nota de la magnitud del delito, comparémoslo con lo que Francisco de Jerez, autor de “La verdadera relación de la conquista del Perú” publicada en Sevilla en 1534, registró del tesoro entregado por el Inca para su rescate. Alcanzaba un monto de 1.326,539 pesos castellanos de oro y 51,610 marcos de plata, que según precisó Mariano Moreyra Paz Soldán en 1943, equivalían a 5,971 kilos de oro y a 11,041 kilos de plata fina.

Todo el esfuerzo del gran emperador para recolectar lo que se encontrara de oro y plata en el poderoso Tahuantinsuyo, empalidece ante el asalto de Fujimori. Esas decenas de millones de Cajamarca, son de menor cuantía frente a lo acumulado por los ladrones que capturaron el poder en los años noventa. Incluso lo devuelto, que si bien se acerca a las dos terceras partes del cuarto del rescate, es apenas un décimo de lo robado, sumergido en los misterios del Oriente.
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