A 24 horas de que cierren las urnas de la revocatoria en Lima se ha abierto un escenario completamente distinto al anterior en la política
vecinal de la capital. Hace un par de días teníamos una alcaldesa impopular que
ayudada de una gran coalición con los grupos económicos y el PPC se trataba de
defender de un intento de revocatoria que estuvo cualquier cosa menos
organizado desde que empezó. También hace un par de días Solidaridad Nacional
ponía todo en el parrillero para regresar al poder con fuerza aprovechándose de
la mala gestión edil de Villarán. Sin embargo, en el actual escenario tenemos que la alcaldesa se mantiene, pero sin ningún poder real ni el apoyo de un partido inscrito en
el JNE para participar en las elecciones de Octubre donde se va a definir el
nuevo Consejo Metropolitano; y por otro lado tenemos al partido de Luis Castañeda derrotado en las
urnas luego de haber dirigido y financiado una campaña que tenía más de 30
puntos de distancia en un momento.
Con este escenario que nadie esperaba la alcaldesa queda a
merced de los que le ayudaron a mantenerse y sin ninguna fuerza propia, de la
misma forma que Castañeda queda como un pésimo líder de campaña. Por otro lado,
Lourdes Flores y el PPC ganaron en todos los flancos, mostrando fuerza electoral
y un voto militante en contra de la alcaldesa, mientras que el APRA aparece hoy
como una posibilidad con el 50% que votó por el SÍ luego que había cometido el
error de no presentar candidato municipal en la última elección.
Los resultados a conteo rápido hasta el momento muestran que
la campaña del SÍ no mentía cuando se adjudicaba los votos de sectores populares,
dado que casi todos los distritos de los conos -Villa el Salvador, Pachacamac, Puente Piedra- que han votado por esta opción. Es
decir, Villarán se mantuvo en el cargo gracias a la sumatoria de los barrios y
distritos de clase media y media alta, con lo cual se cae el mito que que la clase
media en Lima es minoritaria y las elecciones se deciden en pueblos jóvenes con prebendas y asistencialismo. Es más, el voto en contra de Fuerza Social y a
favor del PPC muestra a un electorado mucho más consciente que lo que la
campañas y los opinologos supusieron. Además, la decisión del APRA de
participar lo ha identificado con vastos sectores de la población que reclaman
de su clase política propuestas sobre sus problemas concretos, y no
abstenciones frente a sus problemas reales, así como mostrar a sus militancia la importancia de una campaña con mensaje a la población con directivas y línea política vecinal con la cual pueda trabajar el partido.
La intervención del PPC parece haber sido decisiva |
Lo que se viene: las elecciones de Octubre serán una segunda
oportunidad para que los electores limeños utilicen su poder y encarguen a la
gente adecuada el funcionamiento de la ciudad. Villarán llegará debilitada y
sin sus mejores cuadros mientras que Castañeda tendrá alguna fuerza pero siempre bajo el estilo desordenado y hueco que lo caracteriza. La mesa está servida para la aparición de nuevos liderazgos
municipales. Lo que más le conviene a Lima es que estos cuadros ya hayan tenido
alguna experiencia municipal o que sean jóvenes con proyección política. Esta
revocatoria ha servido para darle un nuevo aire de oxigenación al municipio que
ahora debemos aprovechar forjando nuevos liderazgos y sintonizando con los intereses de los vecinos.
Como decían por allí, Lima estaba parada, con la
revocatoria ahora podemos avanzar.
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