Jaicec Espinosa Sandoval
El mes de julio, mes de la patria que debería significar el mes de la unión entre todos los peruanos, se ha convertido en el mes de la protesta social y el desorden y caos gubernamental, como consecuencia de los errores del gobierno y de su evidente debilidad para manejar situaciones de crisis, pues cuenta con un primer ministro prácticamente inexistente y un ministro de defensa que recibe órdenes de la señora Heredia, que no es funcionaria pública. Todo esto mostrado por la prensa, la que ya le comienza a resultar incómoda al comandante y la señora, sobre todo luego de haber tenido que renunciar a la reelección conyugal.

Por ello nos resistimos a creer que haya tanta torpeza y debilidad, marchas y contra marchas en las decisiones que se toman en palacio, como el ejemplo vergonzoso de la repartija por cuotas del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, prescindiendo de la solvencia intelectual y moral de los llamados a ocupar esas plazas. Todo esto encabezado por el presidente Humala y secundado por Alejandro Toledo e inexplicablemente también por Lourdes Flores y Keiko Fujimori. Esto, junto a una avalancha de críticas justificadas de parte de la prensa, hicieron salir a los jóvenes a marchar por las calles de Lima, lo que obligó que en menos de 24 horas la pareja presidencial de “luz verde” para anular semejante entuerto.

Los verdaderos demócratas, sobre todo aquellos que sabemos lo que es sufrir persecución por causa de la justicia, aquellos que queremos un país que marche hacia el primer mundo como hasta el momento lo venía haciendo, dentro de una sociedad tolerante, pluralista, libre y justa, debemos estar muy atentos a los siguientes pasos, cada vez con más tufillo autoritario, del comandante Humala, quien ya está advertido por el pueblo de la conmoción social que se produciría por un pueblo digno que ya no se dejará pisotear.
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