Los últimos días han sido muy intensos en el acontecer público. La desmedida e irrespetuosa conducta de la adalid del fujimorismo recalcitrante, la congresista Martha Chávez fue castigada con la suspensión de sus funciones parlamentarias por 120 días. Muchos han objetado esta medida por realizarse mediante sesión reservada y con faltas al reglamento del congreso, otros bajo el argumento de brindarle al fujimorismo radical una mártir de manera innecesaria; creo que si bien es discutible la forma y la dosis de la sanción, ésta era sumamente necesaria para dar muestras a la población que el parlamento no permitirá que acciones como las acometidas por la legisladora en cuestión queden impunes y sumen al gran desprestigio que se ha ganado el primer poder del estado.

La nota sin duda lamentable ha sido lo acaecido al congresista Renzo Reggiardo quién sufrió una intentona de secuestro y que bien pudo cobrar la vida de su menor hija, la misma que fue alcanzada por una bala y que afortunadamente se encuentra fuera de peligro. Este hecho demuestra que la inseguridad y la delincuencia han cobrado dimensiones preocupantes y que debemos centrar el debate en lograr acciones concertadas entre poder central, policía nacional, gobierno local y ciudadanía en general para paliar este cáncer social. Queda demostrado a su vez que la vulnerabilidad frente al crimen organizado no distingue cargos, clase social ó posición mediática.
El discurso presidencial a su vez ha abierto el debate acerca de lo que hacer en lo referente a la Constitución, las opciones van desde re adoptar la carta del 79, hasta la convocatoria a una Asamblea Constituyente. En ese sentido creo que la polémica debería enfocarse más bien en ejes temáticos que en grandes bloques integrales enfrentados; hay que discutir cuestiones como la bicameralidad, regionalización, rol del Estado en la economía, etc punto por punto , para que se puedan arribar a consensos con mayor facilidad, además sin la necesidad de realizar una modificación o supresión integral que genere incertidumbre no sólo en los agentes económicos sino en todos los sectores de la sociedad, sobre todo con un parlamento donde existen bancadas tan poco homogéneas y que han sucumbido frente a la turbulencia de la coyuntura ó las pasiones producto de la frustración de la derrota. Estaremos a la expectativa de lo que suceda en los próximos días.
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