Solucionética. Revocatoria en Bogotá, ecos en Lima.
Mientras
que en Lima la clase política se está encargando de diseccionar los argumentos
a favor y en contra de la revocatoria a Susana Villarán, podemos olvidar que la
revocatoria no es un invento de Alan García y Luis Castañeda en contra de las
fuerzas de izquierda en el municipio limeño, sino que la figura ha venido
siendo usada no sólo en todo el país sino también en otras ciudades
latinoamericanas. Nada más cercano a nuestra realidad que lo que está
sucediendo actualmente en Bogotá, donde más de 80 mil colombianos ya han
firmado para que el alcalde izquierdista Gustavo Petro sea retirado de su cargo[1].
Los cargos
contra Gustavo Petro son prácticamente los mismos que de los que la mayoría de
limeños le acusamos a Villarán: improvisación, ineficacia, falta de obras,
funcionarios ineficaces, no hacer nada por la seguridad, el transporte, etc[2].
Además, tiene las mismas taras, como no tener una organización que lo respalde
(Petro usó un cascarón electoral llamado Movimiento Ciudadano, parecido a
Fuerza Social), un entorno acostumbrado a ser oposición y no a gestionar, y ha
tenido una serie de errores claves como pelearse con las empresas recogedoras
de basura, intentar polarizar a la población entre “corruptos” y “decentes”,
inició pseudo reformas sin sustento técnico que han quedado en el aire, y se ha
ganado la enemistad de muchos gremios a los que prometió de todo en tiempos de
campaña[3].
No es de
sorprender que frente a una alcaldía como la de Petro la ciudadanía que es apolítica
y lo único que busca de sus políticos es que no los molesten se haya rebelado
con tanto entusiasmo, pero al igual que aquí está mostrando lo polarizantes y
complejos que se vuelven estos procesos en ciudades tan grandes Bogotá o Lima. Actualmente
hay una ley en el parlamento colombiano que pretendía reducir los requisitos
para las revocatorias, pero con el proceso de revocatoria a Petro en camino el
futuro de la ley es incierto. Aquí, ya algunos sectores –sobretodo los que
apoyan a Villarán y controlan el congreso así como el poder económico- ya están
empezando a ver formas de cambiar la ley para hacerla más difícil[4].
Da que pensar
que en tiempos de crecimiento económico y con presidentes de alta aprobación para
ambos países las capitales estén tan convulsionadas políticamente. Al parecer
tanto limeños como bogotanos no están interesados en alcaldes que polaricen y
que planteen empezar de cero, sino que premian a los políticos que no chocan
con sus intereses y hacen reformas progresivas mientras mantienen la ciudad
andando. En ambos casos también el municipio le está echando la culpa a sus
rivales políticos por estar a puertas de ser revocados, pero si algo podemos
tener de lección es que si la gente está en contra de políticos que se meten en
sus vidas, jamás se van a dejar llevar como borregos por ellos.
Villarán condecorando a Petro |
[1] http://www.semana.com/nacion/articulo/asi-va-revocatoria-contra-petro/332073-3
[2] http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-400963-petro-se-salva-si-cambia-el-chip
[3] http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-404915-los-conflictos-sociales-bogota-humana
[4] http://www.eltiempo.com/blogs/querer_pensar_y_hacer_ciudad/2013/02/la-revocatoria-de-petro-nada-p.php
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