César Hildebrandt contra el
APRA
José Bulnes
El
papel de la crítica política puede eclipsarse debido a las fobias o
frustraciones de quien escribe; sin
embargo, cuando se la ejerce sin caer en insultos o insinuaciones de baja
estofa, se deja entonces notar la valía de quien la ejerce. Pero al parecer el
periodista Cesar Hildebrandt se empeña en aderezar su opinión acerca de la
revocatoria con invectivas gratuitas al Apra, a Víctor Raúl Haya de la Torre y
por último a Alan García. Hace depender su dramática opción por el NO (“No me gusta la vanidad intolerante de la
señora Villarán, que a veces se cree la Pasionaria del Cercado cuando no es, en
muchos aspectos, ni la lenteja de Frejolito. […] Y, sin embargo, votarè el 17
por Susana Villarán”)[i] de su visceral descarga de adjetivos al Apra.
Cesar Hildebrandt se detiene
en las relaciones que Alan García y Castañeda habrían gestado alrededor del proceso
de revocatoria, dicha relación estaría
basada en el cálculo político hacia el 2016 y en el hecho de que el Apra, además, “es una maquinaria dedicada al éxito y
aceitada con dineros sucios”, sostiene. Se olvida que la opción del partido
aprista por el SI es una decisión de las bases, de distintos colectivos que no
se sienten representados por Villarán y de una campaña política e intelectual
de la red virtual Ojo Izquierdo desde el inicio de la gestión de Susana Villarán,
mientras que otros se mantenían en un tibio silencio. Además, el cálculo
político alrededor del proceso de revocatoria es legítimo, aunque no puede
entenderlo quien se ha escudado en un
periódico o un programa de televisión para masticar sus siempre amargas
opiniones.
Luego
procede a definir al partido aprista como originalmente revolucionario, que
después fue moderado y finalmente servil con la oligarquía. Es la trillada
crítica que formulan los antiapristas, los comunistas, los caviares y los ultraderechosos. En ese sentido solo
transcriben viejas fórmulas. Conviene decir que el proceso histórico del
partido aprista se inicia con la defensa del derecho a elecciones libres, como
condición para la justicia social, tal como ocurrió en 1931. Los contextos en
los que actuó el partido (vale decir también Haya de la Torre) y sus distintas
acciones, y que el periodista califica como “Todo
con tal de participar en la torta” responden a lo que en política puede
llamarse de la siguiente manera: si hay más actores en la escena –que
representan también un sector importante de la sociedad- y que están dispuestos
a aceptar las reglas de la democracia, pues se habla con ellos. Nuestra
relación con la oligarquía se debió a un acuerdo por la institucionalidad del
partido y del país, mientras unos tocaban las puertas de los cuarteles y otros
jugaban a las guerrillas. Tal vez estar rodeado de pupilos que le hacen creer
que es La Cátedra del periodismo obnubile las mientes de Cesar Hildebrandt. Lea
usted a François Bourricaud y ampliará su perspectiva de análisis acerca del
Apra y de Víctor Raúl Haya de la Torre. Y también prestemos atención a lo que
en verdad decían Haya de la Torre y el Apra en aquellos días de presunto
“derechismo”:
“Queremos
decirles a los amigos y adversarios que vengan a discutir. Que no recurran a la
conspiración ni al golpismo. Vengan a
discutir en el campo de la democracia y sean lo suficientemente caballeros y dignos de sí. Si pierden acepten
la derrota, que nosotros la aceptaremos
en igual caso. Y decir nuestra palabra de solidaridad con todos los sectores del
país, no tememos a nadie. ¡Ay de los que vienen llenos de rencores! No tenemos
prejuicios. Solo pedimos y exigimos que no se tenga odio, ni prejuicios ni que
se nos quiera volver a tratar como si no fuéramos peruanos” [ii]
Finalmente,
sostiene que el 17 de marzo no se va a decidir un ajuste de ámbito municipal,
sino que hay un trasfondo nacional y ético y que terminará demostrando “que García es tan invencible como su
propensión a acumular dineros que jamás llegan solos”. Bueno, queda
constancia de que alguien que apoya el NO sostiene que Alan es invencible.
Típica indignación de quien ha llegado a su techo, de la constatación del hondo
hueco de sus zapatos como para alcanzar la atención pública. Nosotros los
apristas estamos acostumbrados al ulular de estas voces que rezan por un poco
de atención. Pero nos caracterizamos por hacer escuela, escuela partidaria, por ello conminamos a Cesar
Hildebrandt a informarse más sobre el partido para que en su crítica no peque
de ignorancia (ya tenemos una incapaz que pronto se va a ir) solo para tener un
poco de atención.
[i] Ver: Hildebrandt en sus trece. Fecha: viernes
22 de febrero del 2013.
[ii] Discurso en el Día de
la Fraternidad del 25 de febrero de 1961.
El Apra asi de sencillo es sinonimo de corrupcion. Siempre lo ha sido y siempre lo sera. Iniciaron como un partido alineado en la izquiera pero terminaron como regaladas en la derecha y empecinadas por destruir a la izquierda.
ResponderEliminarSon tan evidentes sus actos de corrupcion pero aun asi sus seguidores estan ahi, como tontos utiles. Viviendo del sueño mientras que su cupula compra casas y departamentos para vivir como reyes.