El Presidente Alan García vuelve a poner en la agenda política a la juventud, no solamente por el número de habitantes (más de 9 millones), sino por lo urgente de plantear un plan a futuro para esta generación. No estamos lejanos de que en unos 50 años tengamos el mismo problema de Europa, una mayoritaria población adulta, con más de 65 años en el índice estadístico y que ya no producirá lo mismo que la juventud en la actualidad. Necesitamos un sistema adecuado de pensiones que genere una cultura de “pan para mayo”, y que los jóvenes de ahora piensen en su senectud.
En el 2011, el presidente García envió desde el ejecutivo el Proyecto de Ley de creación del Ministerio de la Juventud y el Deporte (MINJUV), el cual fue archivado en la gestión de Daniel Abugattas como Presidente del Congreso. Un tema que siempre es discutido en el mundo de la juvenología, donde culpan al APRA de haber reducido al Consejo Nacional de la Juventud (CONAJU) a una Secretaría adscrita al MINEDU (SENAJU). Pero, ¿por qué se hizo esto? La respuesta es sencilla: la CONAJU solo funcionaba como un ente burocrático que no tenía un plan estratégico, que sólo servía para pagar alto sueldos y hacer talleres sin importancia. Lo único resaltante de la CONAJU, en la gestión de Alejandro Toledo, fue la elaboración del Plan Nacional de la Juventud 2006-2011, que fue aprobado y presentado al acabar su quinquenio.
La CONAJU (2006-2008) y la SENAJU (2008- 2011) obtuvieron mayores logros con un menor presupuesto, como por ejemplo la Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV); la capacitación y promoción de autoridades jóvenes; la formulación del instructivo para el cumplimiento de las políticas públicas en materia de juventud; la elaboración de planes juveniles en 3 regiones (La Libertad, Piura, San Martin), la conformación de Consejo Regionales de la Juventud (COREJU) y otros estudios sobre población específica juvenil. Esto demuestra que lo importante no es tener un mayor presupuesto o tener más empleados, sino tener capacidad de gestión.
El APRA propone un Ministerio de la Juventud, para lograr el cumplimiento de políticas publicas en materia de juventud; como por ejemplo la coordinación entre los programas sociales existentes como Jóvenes a la Obra, Beca 18, Jóvenes Productivos y la creación del “Banco de la Juventud” que financiará al emprendedor menor de 29 años y facilitará préstamos para seguir estudios universitarios a los más pobres. Defenderá al joven de proyectos “pulpines” que agreden los derechos de la juventud asimismo impulsar la cultura y el deporte, reconocer a las nuevas formas de organización de los jóvenes peruanos, todo ello, con el fin de fortalecerlas con talleres de capacitación y finaciamiento a sus proyectos con “núcleos ejecutores”. Así lograremos se aumente el número de jóvenes interesados en hacer política y el número de autoridades jóvenes, así como el hecho de que el número de ingresantes a estudios superiores sea igual al número de egresados.
Hay tanto por hacer en la juventud, por lo cual el APRA pone ahora en las manos del pueblo, la decisión de hacerlo posible.
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