Regionalización y desarrollo territorial.Por Alan Salinas
El proceso actual de la descentralización ya llegó a su límite. La primera etapa en la que todavía se encuentra, que consiste en priorizar la transferencia de funciones (ya entregadas en un 95% en la que todavía hay imprecisiones en las funciones compartidas) hacia los gobiernos regionales y la transferencia de programas en materia de salud y educación a los gobiernos locales dentro de una lógica departamentalista hace que la constitución de las regiones se vea como un tema aparte, independiente al proceso que venimos viviendo, a pesar de ser complementarios entre sí.
Frente a esta situación, lo que se necesita es ir avanzando hacia la convergencia de regiones contiguas e ir dinamizando el desarrollo territorial. En ese sentido, hasta el momento contamos con dos estudios que nos permiten ir en esa dirección y comprender el asunto a tratar.
La primera es el estudio hecho por el CEPLAN (1), donde se explica la importancia de la conformación de corredores económicos transversales, es decir, sistemas viales (carreteras) cuya ejecución incluya desarrollar una red de servicios complementarios (servicios básicos e infraestructura productiva actual y potencial de cada ciudad), de tal manera que se genere una interdependencia positiva entre ciudades mayores, intermedias y menores (2). El Plan Bicentenario el Perú hacia el 2021 contempla que a través de cinco corredores económicos (norte, costa, centro, sur y oriente) interconectados entre sí, se desarrolle una articulación más dinámica, de tal manera que cada centro poblado tenga acceso cercano a una ciudad menor, cada ciudad menor a una ciudad intermedia y así sucesivamente.
Hay localidades que no son espacios naturales de conectividad, es decir, tienen grandes problemas de distancia e infraestructura para acceder a una ciudad menor e intermedia que brinde mayores oportunidades para sus productos y necesidades de servicios. Considerando esta situación, el Plan Bicentenario incluye la propuesta de desarrollar agrupamientos poblacionales en ciudades intermedias establecidas sobre la base de un programa de Centro Poblados Planificados (CPP), con servicios básicos y una actividad productiva diversificada.
De otro lado, la consultoría realizada por AFI y Macroconsult para la Secretaría de la Descentralización el 2010 (3), se nos explica que la Regionalización entendida como la fusión administrativa de los departamentos no es suficiente política pública para reducir las inequidades existentes, promover el desarrollo conjunto y articular mercados regionales. Ejemplo de ello es el fracaso del referéndum el año 2005 para la conformación de macro-regiones pilotos. Por el contrario, surgen elementos adicionales a tomar en cuenta como asegurar una mayor conectividad y acceso a mercados regionales.
Tales políticas se fundamentan en una mayor y mejor provisión de infraestructura económica (carreteras, puertos) que permitan la condición suficiente de acceso a mercados. La reflexión de esta consultoría se fundamenta en el hecho de que aquellas zonas que logran vincularse mejor con los grandes mercados nacionales (independientemente del departamento o agregación administrativa en que se ubiquen) son las que pueden aprovechar las posibilidades de crecimiento que estas ofrecen. Hasta aquí, la propuesta de Macroconsult es similar a lo que plantea el Plan Bicentenario, pero con el siguiente agregado: la Regionalización debe ser entendido como la creación y definición de instancias supra-departamentales y sub-nacionales encargadas de promover el desarrollo. Estas instancias pueden implicar ciertas fusiones administrativas, pero más importante constituirán los tejidos institucionales que permitan una adecuada provisión de servicios sociales e infraestructura económica básica, implementación de prácticas regulatorias, aprovechamiento de potencialidades locales y promoción de sinergias entre territorios.
En otras palabras, lo que se trata de hacer es potenciar los cuatro Juntas de Coordinación Interregional (JCI): La JCI del Norte (INTERNOR), Consejo Interregional de la Amazonía (CIAM), Consejo Interregional Centro Sur (CENSUR) y la Junta de Coordinación Interregional MACROSUR; así como involucrar a autoridades de gobierno locales y líderes de opinión (que hasta la fecha no tienen participación).
En suma, dichos estudios presentados en este artículo nos permite ver que es necesario avanzar hacia una segunda etapa del proceso de descentralización que vincule el desarrollo territorial, es decir, pasar de un proceso de departamentalización hacia una verdadera regionalización.
Notas:
1) Para mayor detalle, véase el Plan Bicentenario. Perú hacia el 2021. Eje estratégico 5: Desarrollo regional e infraestructura. 2011.
2) De acuerdo a lo que nos presenta el estudio del CEPLAN, se han identificado las ciudades de la siguiente manera: el país tiene cuatro metrópolis (Lima, Trujillo, Chiclayo y Arequipa), cinco ciudades mayores (Piura, Cusco, Iquitos, Chimbote y Huancayo), doce ciudades intermedias (Sullana, Cajamarca, Tarapoto, Huaraz, Huánuco, Pucallpa, Chincha Alta, Ica, Ayacucho, Juliaca, Puno y Tacna), y trece ciudades menores (Tumbes, Talara, Moyobamba, Chachapoyas, Tocache, Tingo María, Cerro de Pasco, Pisco, Huancavelica, Abancay, Puerto Maldonado, Aguaytía y Moquegua).
3) Para mayor detalle, véase la “Consultoría para la formulación de una propuesta orientada a la efectivización del Plan Nacional de Regionalización” preparado por AFI y Macroconsult para la Secretaría de la Descentralización de la Presidencia del Consejo de Ministros. Mayo 2010.
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