Charles Dickens. Historia
de dos ciudades.
Las diversas iniciativas que se han
emprendido en nuestro país con el objetivo de luchar contra la precarización de
la propiedad han arrojado pocos o nulos resultados. Ello, a raíz de la poca
comprensión del problema real por parte de las instancias pertinentes;
confusión que posee múltiples aristas. En ese sentido, las líneas a
continuación buscaran reflexionar sobre la figura del morador y los mitos que
lo envuelven, no sin antes ahondar en tópicos tales como; la supuesta ‘leyenda
negra’ que se cierne sobre el poseedor, las relaciones causales entre
precarización y deterioro, y las iniciativas que articulan inclusión social y
derechos de propiedad; para finalmente arribar a un perfil del morador enmarcado
en los procesos de Renovación Urbana en el distrito del Rímac.
El tema de la ciudad, y su reflexión,
tienen la suerte de los péndulos, tanto en su frecuencia como en su
aproximación; entre la proximidad y la distancia por un lado, entre la burbuja
y el conservacionismo, por otra. Los
urbanistas que se quejan de tener una ciudad fea – y no se equivocan- se quedan
cortos al proponer sendos castillos nebulosos, cuando la urgencia de Lima va
por la otra acerca, aquella que todos miramos a lo lejos y por la que evitamos
pasar –no se sienta mal, yo mismo lo hago todos los días-, la que parece salida
de una novela de Charles Dickens o algún lacrimógeno film de Bolliwood. La
gente no tiene donde vivir. La solución no pasa por levantar edificios y
adjudicarlos gratuitamente. Brindémosle la oportunidad de ser responsables, de
conseguir algo suyo por esfuerzo propio. ¿Cómo? A continuación se le comentó,
pero antes, hagamos algunas precisiones previas necesarias.
Derribando el
mito: La leyenda negra del morador
La sensación de desconfianza que
impregna a la colectividad —tanto agentes estatales como particulares— al
aproximarse a los tugurios es recurrente. Una impresión que se debe en gran
medida a la apariencia de los mismos. Es más, y tal como el informe de PNUD
anotó, los
estereotipos que se han construido sobre la baja cultura de los moradores de
estos barrios tugurizados se deben a la confluencia de estos síntomas de
deterioro. Por ello, se generaliza esta percepción de que quienes viven en El
Rímac son gente pobre y de escasa cultura[1]. Tal es el núcleo de la denominada leyenda negra del morador: el deterioro que afecta a los inmuebles se
encuentra íntimamente relacionado con el descuido de sus habitantes que
ostentan una serie de vicios inherentes a su circunstancia social, económica,
cultural entre otras. La categoría anteriormente desarrollada podría verse
asimilada a la de lumpenproletariat[2] —la parte desempleada del
proletariado cuya situación miserable y alta necesidad de subsistencia, influye
para que los salarios sean bajos— de origen marxista, y que alude a una masa informe, difusa y errante, improductiva
y regresiva[3].
Sin embargo, la realidad dista contundentemente del imaginario popular.
Es preciso señalar que, el habitante
del Rímac, ostenta arraigados lazos con su comunidad. Un sentido de pertenencia,
muy particular en Lima, que lo vincula con su pasado criollo. Su identidad se
asienta sobre la centralidad de su locación urbana, dicha característica provee
de fluidez e inmediatez que impregna sus relaciones comunitarias. Persiste en
ellos, una consciencia de ser parte de la tradición histórica del país y
sentirse distinto del habitante de la periferia. Por su parte, el deterioro
cotidiano al que se ven expuestos no es inusitado si caemos en cuenta de la
precarización que desborda el centro histórico, el mismo que va carcomiendo el título a niveles tan
severos que se hace imposible cualquier acción, reacción, o asignación de
responsabilidad[4]. Existe
una imposibilidad por parte de los moradores —quienes habitan los predios junto
a sus descendientes— que no pueden efectuar mejoras o refacciones sustanciales,
debido a que no ostentan el título de propietarios y las sanciones que oficia
la municipalidad, dejándole espacio únicamente para que este efectúe arreglos
eventuales, contingentes, tales como apuntalamientos.
La experiencia en distintos proyectos
de renovación urbana nos permite señalar que los moradores manifiestan el deseo
y compromiso de cooperar con estos
procesos, siempre que se les facilite el acceso a derechos de propiedad, es por
ello que se asocian y eligen representantes legitimados por la comunidad. Lo
esencial es destinar la propiedad de los inmuebles a recuperar, a quienes
efectivamente se encuentren dispuestos a añadirle valor económico.
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Precarización que genera deterioro
La precarización, en términos de PNUD[5], es una de las más importantes causas
de exclusión económica en que se encuentran inmersos un vasto número de predios
y que padecen numerosas familias y habitantes. La precarización afecta
principalmente a poseedores de inmuebles (ocupantes, inquilinos en casas sin
dueño, entre otros), los que debido a factores institucionales, se ven
limitados a ejercer únicamente la función
primaria de la propiedad, en ese escenario, sus casas sirven únicamente
como vivienda pero no les permite insertarse ni gozar de los beneficios
financieros que ofrece la modernidad.
La precarización responde
esencialmente a dos factores a) carencia
o deficiencia del titulo de propiedad de los poseedores y b) desfase registral de miles de
edificaciones realizadas sin licencia. Ello impide, además de las razones
expuestas en líneas precedentes, disfrutar de un ambiente urbano armónico y que
fomente el desarrollo integral entre sus habitantes. Un hallazgo importante
respecto a los orígenes de la precarización es que este fenómeno se vincula con
el carácter centralista y ajeno a la
realidad que caracteriza al proceso normativo nacional. Cuando las leyes sobre propiedad se diseñan
desde los escritorios —y son creadas en función de contextos ideales, muchas
veces tomados de otras realidades—, el resultado es su ineficacia. O sea,
el mero trasplante de instituciones jurídicas, doctrinas o políticas, no
asegura resultados, menos aun sostenibilidad. De lo anterior, no solamente la
legislación nacional referida a propiedad y afines deberá sufrir adecuadas y
necesarias transformaciones, sino también,
deberán suprimir las doctrinas (descontextualizadas, alejadas,
anacrónicas) que inspiran aquellas normas deficientes, teniendo en
consideración como actores principales, a los nuevos agentes económicos y sociales
que reclaman urgentes medidas de inclusión social.
En el caso particular del distrito del
Rímac, el diagnóstico de PNUD ha
identificado en la zona histórica del mismo miles de poseedores de casonas muy
antiguas o parte de ellas que carecen de titularidad inscrita en los registros,
e inclusive, no mantiene ninguna relación o vínculo con el propietario o sus
herederos que legalice su posesión. El estado de las viviendas es ruinoso o
semi ruinoso por el abandono de los solares. La idea es dotar de título de propiedad a quien ya viene poseyendo
—aunado al proceso de renovación urbana— para
que continúe en el barrio, y dote a este último de un carácter dinámico, de
desarrollo integral y óptima vida en comunidad.
Inclusión social: Empoderamiento Legal de los Pobres
Inclusión social, desde nuestra
perspectiva, nos remite a una capitalización efectiva mediante la
destugurización y renovación urbana sostenible, las cuales resultan sustanciales
para el desarrollo de los habitantes del Rímac. Es en ese escenario que el
Empoderamiento Legal de los Pobres —materialización de la inclusión social y perspectiva
de desarrollo que motiva nuestra propuesta programática— se constituye como la implementación de
medidas que brindan a los individuos de menos recursos un marco de protección y
habilitación a fin que usen la ley para promover sus derechos en relación con
el Estado y el mercado. ELP se perfila como un enfoque que entiende la
informalidad como una suerte de segregación legal, que discrimina, entre
quienes cuentan con activos que les permiten acceder a los beneficios de la
modernidad financiera, de quienes únicamente ostentan posesiones no reconocidas
por el sistema legal, lo cual en último término, los sume en el pauperismo. En
ese sentido, el tejido legal constituye una fuente clave para el progreso, crea
condiciones para el desarrollo.
EL MORADOR: Ensayando un
perfil
Nuestros
estudios y diagnósticos sobre la precarización de la propiedad urbana arrojaron
información relevante que contribuye a esclarecer la figura del posesionario.
Por una parte, el Proyecto de Capitalización y Desprecarización ejecutado por
PNUD[6]
arrojó múltiples resultados entre ellos el diseño de una tipología de
poseedores[7] la
cual consta de 10 variantes en función a los
predios que habitan. Es preciso incidir en la tipologías 5 y 7, debido a su alta
frecuencia. La primera, tipología 5 ‘sucesión indivisa poseedora de predio en
precariedad parcial’, representa el 52 % del total de las muestras
analizadas, he allí, su relevancia, aunada a la situación de complejidad que
implica un proceso de sucesión. La segunda, tipología 7, ‘poseedor de predio con edificación informal’, y es la de segunda importancia,
representando el 17.3% de las muestras. El poseedor de este inmueble se
caracteriza por tener su derecho inscrito en los registros públicos pero la
información referida a la fábrica no coincide con la realidad[8].
Por otra parte, el documento que
contiene los 5 dosieres técnicos[9], nos ofrece una
clasificación de los poseedores y sus familias más bien basados en la capacidad
de pago de los mismos, la cual los
agrupa en; familias con capacidad de endeudamiento,
familias con capacidad limitada de endeudamiento, familias con problemas
relacionados a la edad. Primero, familias
con Capacidad de Endeudamiento alude a grupos que presentan características
que los hacen atractivos para el sistema crediticio, en función a; ingresos
fijos y estables, tarjetas de crédito, pequeños emprendimientos comerciales,
ahorro, consumo demostrado en adquisición de bienes y mayor desembolso en la
canasta familiar. Segundo, Familias con
capacidad limitada de endeudamiento, las cuales presentan dificultades para
establecer una distribución equilibrada de ingresos y egresos. Muestran
ingresos informales. Tercero, familias con problemas relacionados a la edad, en
su mayoría se encuentran afectados por los problemas recurrentes en los grupos
etarios que superan los 60 años. No son aptos para el sistema crediticio, sin
embargo, sus contribuciones a la seguridad social y remesas que reciben del
extranjero, los sostienen económicamente[10]. Se percibe que la
calificación financiera es la principal barrera a sortear por parte de los
poseedores, escollo que sin duda alguna genera exclusión respecto a las
necesidades de un sector social.
De todo lo anterior, arribamos a una
percepción más racional y equilibrada —que dista de la supuesta ‘leyenda negra’
a la que hacíamos referencia al inicio—, la cual nos muestra que la
calificación ‘morador’, implica una serie de situaciones jurídicas y económicas
muy disímiles entre sí, algunas con más posibilidades financieras que otras;
afectados por una larga tradición legal que opta por una racionalidad
superflua, profusa en modelos de oposición binarios (buenos/malos,
propietarios/moradores, entre otros) y que raramente entabla vínculos de
retroalimentación con la realidad de los ciudadanos. Sin embargo, el morador
ostenta una voluntad que lo hace organizarse en asociaciones que le permiten
arribar a alianzas beneficios en materia de renovación.
Finalmente, hoy se avizora un panorama
socialmente más justo e inclusivo. Los proyectos emprendidos asumen
perspectivas integrales de desarrollo al conjugar el respeto y protección del
patrimonio monumental con estrategias concretas y sostenibles de renovación
urbana, y basadas en urgentes necesidades sociales de vivienda digna.
Imágenes caóticamente
cedidas por Grant Morrison.
[1]
GENERACIÓN
DE CONDICIONES BÁSICAS PARA EL PILOTO DE RUIS EN LA ZONA HISTÓRICA DEL RÍMAC.
Septiembre - 2012. INFORME TÉCNICO. 22pp.
[2]Véase:
MARX, Karl. El 18 del brumario de Luis
Bonaparte. Moscú: Ed. Progreso. 1973, y MARX, Karl. La ideología alemana. Barcelona: Ed. Educación. Materiales de
Filosofía. 1970
[5]
PROYECTO DE DESPRECARIZACIÓN Y CAPITALIZACIÓN DE LA PROPIEDAD URBANA—RÍMAC.
PNUD. 2006.
[6] Programa
de Naciones Unidad para el Desarrollo. Proyecto
de Capitalización y Desprecarización de la Propiedad Urbana - Diagnóstico de la
Precarización de la Propiedad Urbana - Estudio de tipologías de poseedores en
precarización, soluciones espontáneas sobre propiedad y procedimientos en el
distrito del Rímac. Lima: PNUD. 2005.
[7] Tipología 1:
Poseedores en predios afectados por el INC 2,6% de las muestras, Tipología 2: Poseedor individual de
parte menor del predio de la Beneficencia Pública de Lima 7.8% de las muestras
, Tipología 3: Poseedor individual
de parte menor del predio de Instituciones religiosas 0.2% de las muestras, Tipología 4: Sucesión poseedora de
parte de predio en precariedad parcial 2.4% de las muestras, Tipología 5: Sucesión indivisa
poseedora de predio en precariedad parcial 52% de las muestras, Tipología 6: Poseedor individual de
predio con documento privado 8.9% de las muestras, Tipología 7: Poseedor de predio con edificación informal 17.3% de
las muestras, Tipología 8: Poseedor
inquilino de parte menor de predio antiguo 7.3% de las muestras. Tipología 9: Sucesión o persona natural
poseedora de mala fé de parte menor de predio antiguo 1.4% de las muestras y Tipología 10: Predio abandonado sin
identificación del propietario 0.1% de las muestras.
[8] Ídem
[9] MILESTONE
2 Proyecto ELIS APA – Diciembre 2012.
[10] Ídem.
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