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viernes, 25 de noviembre de 2011

Claridad - La guitarra y el cajón. Por Agustín Haya de la Torre


El problema es que cuando eran guitarristas, promovieron la demagogia y se enredaron en cosas como el incumplible balón de gas a doce soles y las falacias anti mineras, con frases que aún encandilan a buena parte de sus seguidores.



La condecoración al líder histórico del Partido Popular Cristiano, Luis Bedoya Reyes, al día siguiente de pronunciarse a favor de la explotación de la mina Conga, indicaría un punto de inflexión en la política gubernamental. Apenas una semana antes, en Hawai, el presidente había tenido duras frases contra la minería, hasta sostuvo que sólo existía desde la república.

Después de comprobar que el cuarto del rescate no estaba lleno de papas y camotes y que el capitalismo nació incentivado por el oro y la plata llevados de América, el gobierno se jugó entero por la gran inversión minera.

Dio un paso valiente al rectificarse, pues durante la campaña dijeron exactamente lo contrario. El nacionalismo alentó desde su fundación a fuerzas enemigas de la modernidad y de la explotación de nuestros recursos naturales. Cuando candidato, se encargó de oponer agua versus oro y agricultura contra minería. Los extremistas de la economía pre moderna estaban encantados. Sus activistas estuvieron durante años en todo tipo de movilizaciones contra el desarrollo económico del país.

La declaración de Humala, en realidad no es la primera. Quizás ello desató la intemperancia de sus antiguos votantes que empezaron de nuevo a lanzarse contra la inversión minera. En Cajamarca, el presidente regional Gregorio Santos, militante de Patria Roja, no perdió la oportunidad para encararle que se había vendido a los grandes empresarios.

¿se voltea?

Hasta don Isaac Humala, ha vuelto a exponer su pensamiento cada vez más fascista y reaccionario. No sólo defiende abiertamente la minería tradicional, de túneles y socavones, famosa por dañina, sino que insiste en que sólo los militares pueden gobernar el Perú. saluda el sesgo militar que a su juicio tiene el gobierno de su hijo y con ello alimenta la idea de un golpe.

Algunos, se van acongojados
Ahora sabemos que hay dos humalismos: el de la guitarra, que usó consignas demagógicas para ganar las elecciones y el del cajón, esto es el de la responsabilidad de gobernar. En este hay dos variantes: la de Omar Chehade, que trata de usar el poder en provecho propio y la que asume la pareja presidencial, que parece empeñada en querer hacer bien las tareas.


De hecho el gobierno ha dado pasos importantes al reactivar el Acuerdo Nacional y acercarse a las fuerzas democráticas, reconociendo la pluralidad y la necesaria concertación democrática. Las dudas subsisten porque han elegido una bancada repleta de capitalistas marginales y gobiernan en una extraña alianza que incluye neoliberales y viejos anarquistas desfasados. Todo esto mientras el patriarca impulsa una dictadura militar y otras perlas del clan venden sus influencias por “paquetes completos”.

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