El problema es que cuando eran guitarristas, promovieron la
demagogia y se enredaron en cosas como el incumplible balón de gas a doce soles
y las falacias anti mineras, con frases que aún encandilan a buena parte de sus
seguidores.
La condecoración al líder histórico del Partido Popular
Cristiano, Luis Bedoya Reyes, al día siguiente de pronunciarse a favor de la
explotación de la mina Conga, indicaría un punto de inflexión en la política
gubernamental. Apenas una semana antes, en Hawai, el presidente había tenido
duras frases contra la minería, hasta sostuvo que sólo existía desde la
república.
Después de comprobar que el cuarto del rescate no estaba
lleno de papas y camotes y que el capitalismo nació incentivado por el oro y la
plata llevados de América, el gobierno se jugó entero por la gran inversión
minera.
Dio un paso valiente al rectificarse, pues durante la
campaña dijeron exactamente lo contrario. El nacionalismo alentó desde su
fundación a fuerzas enemigas de la modernidad y de la explotación de nuestros
recursos naturales. Cuando candidato, se encargó de oponer agua versus oro y
agricultura contra minería. Los extremistas de la economía pre moderna estaban
encantados. Sus activistas estuvieron durante años en todo tipo de
movilizaciones contra el desarrollo económico del país.
La declaración de Humala, en realidad no es la primera.
Quizás ello desató la intemperancia de sus antiguos votantes que empezaron de
nuevo a lanzarse contra la inversión minera. En Cajamarca, el presidente
regional Gregorio Santos, militante de Patria Roja, no perdió la oportunidad
para encararle que se había vendido a los grandes empresarios.
¿se voltea? |
Hasta don Isaac Humala, ha vuelto a exponer su pensamiento
cada vez más fascista y reaccionario. No sólo defiende abiertamente la minería
tradicional, de túneles y socavones, famosa por dañina, sino que insiste en que
sólo los militares pueden gobernar el Perú. saluda el sesgo militar que a su
juicio tiene el gobierno de su hijo y con ello alimenta la idea de un golpe.
Algunos, se van acongojados |
Ahora sabemos que hay dos humalismos: el de la guitarra, que
usó consignas demagógicas para ganar las elecciones y el del cajón, esto es el
de la responsabilidad de gobernar. En este hay dos variantes: la de Omar
Chehade, que trata de usar el poder en provecho propio y la que asume la pareja
presidencial, que parece empeñada en querer hacer bien las tareas.
De hecho el gobierno ha dado pasos importantes al reactivar
el Acuerdo Nacional y acercarse a las fuerzas democráticas, reconociendo la
pluralidad y la necesaria concertación democrática. Las dudas subsisten porque
han elegido una bancada repleta de capitalistas marginales y gobiernan en una
extraña alianza que incluye neoliberales y viejos anarquistas desfasados. Todo
esto mientras el patriarca impulsa una dictadura militar y otras perlas del
clan venden sus influencias por “paquetes completos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario