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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Chapa tu choro y déjalo paralítico. Por Miguel Ramírez


Es una campaña que poco a poco se viene afianzando en los distritos populares de Lima metropolitana como efecto ante la desesperación, impotencia y cólera de las personas que son víctimas de facinerosos. Sucede que este tipo de reacciones sociales no llegan de un momento a otro, sino son causa de las diferentes frustraciones que se han generado al ser víctima de algún asalto, atraco, raqueteo, etc. y en este caso recurrente de los robos en nuestra capital que es fiel reflejo de una crisis de capacidad o de una desbordante ineptitud sumado al poco interés de nuestras autoridades para desarrollar soluciones conjuntas con los vecinos y policías ¿Es tan difícil que el comisario de un distrito se vincule a los vecinos? ¿acaso un comisario no sería más eficiente si conoce a los vecinos? ¿conoces a tu comisario?

Es por eso que la ciudadanía, rápidamente, ha optado por este tipo de desahogo o desfogue, conocido como linchamiento o ajusticiamento, ante tanta impunidad, pero no es que sea algo nuevo en nuestro país, existen diferentes tipos de casos de linchamiento, quema, y hasta muerte de ladrones comunes y autoridades elegidas democráticamente. Un caso muy conocido es el de Ilave en Puno, o los ronderos de Cajamarca que cuando encuentran ladrones en los mercados no reparan en un castigo público, esto es común en casi todo el país, y en estas fechas se ha hecho visible.

 Un caso particular que un teniente alcalde me contó: [en la zona de San Juan Alto anexo de Chugay cerca a Huamachuco en La Libertad] “incrementó el número de robos, desde ovejas, electrodomésticos, hasta camionetas. Al comienzo pensaba que solo se trataban de abigeos , -problema que los aquejas desde siempre-, existen diferentes denuncias en la comisaría de Chugay , pero no se hacía nada al respecto, por eso los delincuentes empezaron a robar comercios, casas y hasta las camionetas de las minas y líneas de transmisión que operan por la zona, esto no solo conlleva que la ruta sea peligrosa sino también que al notar esto se desvíen por otros caminos afectando esto a las poblaciones que se reducen las ventas en los negocios y además del trabajo que llega a los jóvenes de estas localidades, finalmente la comuna se reunió y decidió que los comuneros  y ronderos ponga fin al problema.  Solución: lincharlos, matarlos y tirarlos al río Marañón, efectivamente esto se produjo y como dicen aquí: SANTO REMEDIO.”

Con esto no refiero estar a favor de los linchamientos masivos ni tampoco en contra porque como un peatón común y corriente soy consciente de la crisis de la [in]seguridad, pero además de la crítica a la policía, lo más lamentable son  los malos jueces que liberan a los delincuentes y esto desmoraliza mucho más a la institución policial, que de por sí posee problemas propios y tangenciales y tan tristes desde camionetas sin combustible, agentes que físicamente no están aptos o que sus computadoras no cuentan ni siquiera con acceso a internet para poder revisar si algún sujeto está con orden de captura o requisitoria.

Estamos observando el inicio de Chapa tu choro como resultado de una insuficiente y mediocre seguridad que administra el Estado. Una experiencia interesante es que Los Ronderos son un mecanismo e institución legal (reconocida por el  gobierno Aprista en 1986, vía Decreto 24571) que frente a la insuficiente policía, brinda  seguridad. Hoy se está visibilizando las rondas campesinas, pero también se está replicando la idea en las zonas urbanas, donde a mi parecer, deben actuar conjuntamente la policía con la organización vecinal.

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