A QUIEN LE
DUELA QUE SE SOBE
Revisión
del marxismo y desmitificación de Víctor
Raúl Haya de la Torre
Por Walter
Abanto
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Nota de la
red Ojo Izquierdo.- Nuestro colaborador Walter Abanto se rebela contra los
paradigmas en economía política y en la doctrina aprista e invita a una
discusión a fondo
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La teoría económica marxista se estudia muy poco en los
países occidentales. En este país, el Perú, también ocurre eso. Los
especialistas del tema en el país, como Hernando de Soto, no son más que gente
que intenta comprender a Marx desde el punto de vista de otros autores,
principalmente The Theory of Capitalist
Development de Paul Sweezy. El maestro Marx en su obra El
capital es difícil de entender; claro, el volumen uno es extraordinario,
habla de la jornada del trabajo y la acumulación de la plusvalía, y obviamente
el estudiante universitario apasionado de la política dirá esta es la verdad marxista.
Pero el estudiante promedio peruano que
se tope con El capital se tomará la
tarea de leer 2000 páginas de teoría económica y de explicación de la teoría
marxista de una manera tediosa, ya que
el libro se enreda en dogmas económicos y fórmulas. Además el libro no tiene un
orden lógico subsecuente por lo que muchos, por no decir todos, dejarán la
lectura y abandonarán el camino de estudiar la obra maestra. Claro, es
apasionante leer el Manifiesto Comunista
pero es aquí donde la gente mediocre, que no quiere estudiar, ni estudiar a
Marx a profundidad se estanca.
Por ello, me animé a escribir este pequeño artículo,
para que los apristas entiendan qué quiso decir Marx en verdad. El maestro
Ernest Mandel intenta dar una explicación a la teoría económica marxista en su
libro Tratado de la economía marxista,
citemos:
Día de la fraternidad, 1964 (de verdad) |
“La ciencia económica es el estudio de cómo los hombres
y la sociedad eligen emplear los escasos recursos para producir distintas
mercancías para el consumo inmediato y futuro
y distribuirlas entre los diferentes grupos de la sociedad”[1].
Se puede apreciar cómo se toma hombre y sociedad como
uno solo y que el hombre actúa según su sociedad. Sociedad y hombre no son
abstracciones fueran del tiempo, esto lo deja bien claro Marx en su libro. Y es
a partir de aquí donde empezamos el análisis marxista, estudiando las
diferentes sociedades que hubo en la humanidad. Citemos a Robert Heilbroner:
“La sociedad
primitiva no tuvo cómo emplear sus recursos productivos ya que el hambre
y la lucha contra la naturaleza absorbió la gran mayoría de las energías
humanas sin posibilidades de poder emplear sus recursos productivos”[2].
En este momento
se ve que sólo podían sobrevivir modos de organización técnica y social que
pudieran solventar la supervivencia de la especie. El aprismo lamentablemente
no recoge un estudio tan profundo como lo hace Marx, sólo se basa en un momento
histórico de la sociedad de América Latina y actualmente intenta cambiar su
discursillo barato. Los marxistas renegamos de los apristas por su estudio tan
banal de la sociedad al no estudiar los orígenes humanos ni dar sustento
económico ni una explicación académica del desarrollo de la sociedad desde
sus orígenes.
Bueno, continuemos. Es evidente que para crear una
posibilidad de explotar y redistribuir los recursos tiene que haber excedentes,
es decir la cantidad de alimentos y productos necesarios tiene que ser más que
suficiente para que la especie sobreviva. De esta manera la visión marxista de
la economía se inicia en el momento en que la producción supera la demanda de
consumo. La teoría aprista en su plan de acción no podría ser aplicada por su
falta de un análisis económico concreto que tome esto en cuenta.
Actualmente la tierra y el capital cumplen un papel
importante. Son la fuente de recursos físicos o de esfuerzos acumulados anteriormente
por la sociedad actual y que sirven para mejorar la capacidad productiva del
esfuerzo que se realiza en el presente, que ahora son legalmente reconocidos y
que obviamente incrementan la productividad. A este tipo de sociedad se le
llama capitalista. Ya que acumula esfuerzo productivo para luego venderlo a la sociedad
y multiplicar la capacidad de generar más excedentes. El maestro Heilbroner lo
simplifica más todavía:
“Los capitalistas tratan de aumentar y asegurar
beneficios utilizando excedentes en sus nuevas inversiones”[3].
En cristiano: vender para ganar dinero.
Esto para Marx hace que el capitalismo avance
irremediablemente a un sistema ultra controlador, como lo fue en la primera
mitad del siglo XX el fascismo, donde los que más acumulan disponen quiénes
pueden consumir y quiénes no, según el nivel económico de vida que tengan y qué
poder de valor adquisitivo adquieran.[4]
Claro, ahora, el marxismo ha evolucionado en su
entendimiento, si bien Marx dice que debe haber expropiaciones para detener
este capitalismo fascista, ya no es necesaria esta medida, por el contrario, hay
que permitir que el capitalismo se expanda y siga así, ya que como nos explica
Mandel:
“Hoy en día existen medios para detener las crisis que
no existían en la época de Marx, particularmente la intervención consciente del
Estado en la economía cuando ve que esta se le sale de las manos y entra en
crisis”[5].
Como vemos, el maestro Mandel intenta explicarnos, de
una manera sencilla, que Marx no conocía la función reguladora del Estado en la
economía; eran días en que Marx solo conocía el capitalismo en su etapa salvaje.
Ahora, Víctor Raúl Haya de la Torre lo conoció cuando se estaba regulando y
moldeando, donde empiezan los derechos laborales a reclamarse. Es sorprendente
que viendo esto no diera medidas de solución precisas y concretas, al contrario
propuso una medida populista y anti-económica como la jornada de 8 horas donde
la producción se vería reducida debido al crecimiento constante humano y las
cosas que el humano necesita para sobrevivir no serian producidas adecuadamente
a su debido momento.
Tampoco previó nunca la función determinante del Estado
en la economía mundial para regular su economía; al contrario, en los años 30
tomó una postura totalmente anti-económica como el anti-imperialismo basado en
la suposición de que el capital extranjero siempre viene, así sea para que lo
expropien, claro en ese momento no entendía que sin capital extranjero no podían
desarrollarse los países tercermundistas. En conclusión, no entendió ni el
marxismo ni su época.
Heilbroner expone lo dicho por Mandel de otra manera, más
determinativa y más prefijada:
“El desarrollo de nuevas industrias, la ayuda a los
países subdesarrollados, el incremento de gastos estatales, el crecimiento del
sector terciario y de los gastos de distribución, constituyen válvulas de
seguridad para el capitalismo, proporcionando al capital nuevos campos de
inversión, neutralizando la tendencia del capitalismo a sólo acumulación y
venta”[6].
Esto no lo previó Víctor Raúl y eso que vivió en una
época de los 70, donde el capitalismo ya estaba respetando derechos. Los
apristas estancados en el pensamiento de su jefe fundador no han sabido
evolucionar las ideas de su guía; están más estancados que carro en fango. La
cuestión es que los marxistas sí han sabido evolucionar su teoría económica
hacia un grado donde se respeta la libre empresa y la propiedad privada, cosas
fundamentales en la economía mundial y que está reconocida en nuestra
constitución y en los tratados internacionales.
Víctor Raúl Haya de la Torre en cambio sólo da un
análisis sociológico de la sociedad y no económico como sí lo hace el maestro Marx.
Víctor Raúl lo único que hace es separar sociedad y economía como dos entes
distintos, cosa que cae en error y es refutable. Bueno, qué se puede esperar de
alguien que ni acabó la universidad.
Finalmente el socialismo.
Marx no examina detalladamente los problemas y
posibilidades de un orden social en el que la producción de bienes de consumo,
es decir de bienes para ser intercambiados, habrá sido superada por los bienes
de primera necesidad. El capitalismo, defectuoso de por sí, no prioriza los
artículos de primera necesidad sino lo que es más vendible, por ello sí es posible
imaginar una sociedad superior, de esa manera.
Mandel sostiene que el socialismo:
“Será una sociedad menos aburrida, menos alienada y
menos primitiva que la capitalista. Surgirá una comunidad poblada por hombres
semejantes a los héroes socialistas de nuestros días, no proletarios sino
intelectuales. Estas personas extraordinarias que se dedican a una vida
creadora satisfaciendo sus aspiraciones y a la vez ayudando a los demás”[7].
Esto demuestra que ser marxista es interesarse por la
evolución histórica, entendiendo los fenómenos históricos por causas a menudo
oscuras y profundas que implican procesos tecnológicos e intereses económicos y
no los catecismos rusos y chinos totalmente anacrónicos e inaplicables en
nuestra sociedad. Y qué decir del aprismo, puff no sirve el día de hoy. Al
menos el ruso y el chino se usa en países como Vietnam, en Corea del Norte y
Cuba; el aprista en ninguno. Si bien se puede criticar su forma de llevar la
economía y la sociedad y están mal, al menos le dieron a su país esperanza de
salir adelante y siguen en el poder, pero el aprismo ni siquiera llega al 5 por
ciento en alguna encuestita electoral de mala muerte.
Como toda doctrina, el marxismo tiene limitaciones. La
primera es el aire teológico que rodea la figura de Marx. Como dice Mandel:
“La base del marxismo es la existencia de una serie de
leyes únicas, que una vez descubiertas pueden aplicarse a toda la historia de
la humanidad”[8].
La primera de estas leyes es la dialéctica del cambio
histórico constante, la tensión de las relaciones sociales y esta es la lucha
de clases. Negar la lucha de clases que existe desde los siglos XVIII Y XIX
donde había un capitalismo salvaje es estúpido. Los apristas llegan a negarla.
He oído a varios negarla y se rasgan las vestiduras, diciendo que Marx estaba
en un error. Nada más falso, la lucha de clases existió eso es un hecho
histórico reclamar por derechos sociales y laborales contra la burguesía
salvaje que aplicaba una forma de gobierno totalmente brutal. Existió eso y es
innegable, está en los hechos de la historia.
Pero claro hacer que esta lucha de clases se traslade para
todo momento para toda sociedad es erróneo. Es posible observar muchos
capítulos de la historia con lentes diferentes, por ejemplo en base a rivalidades
dinásticas como ocurrió en Francia después de Napoleón o según divisiones
religiosas como el cisma entre Oriente y Occidente. Me gustaría que los
apristas digan algo así de Víctor Raúl pero no, son dogmáticos, no se
autocritican, no ven sus límites, al contrario creen tener la verdad absoluta,
por ello su partido está condenado a la autodestrucción y sus líderes ni qué
decir.
La segunda limitación esta en relación con la veta
teológica, ya que se refiere a la racionalización de deseos que está en la
visión marxista. Me quiero referir a la reticencia del marxismo de reclamar la
utopía socialista. El primer problema es claro: está la posición del socialismo
para imponerse en las sociedades sub desarrolladas. El maestro Mandel diría lo
siguiente:
“No se justifica la expropiación de la propiedad
privada y su socialización a menos que se den un aumento de su producción en
manos del Estado y claro está que estos la apoyen ya sea por convicción o por
interés material o, claro está, por ambas a la vez”[9].
Claro esto es imposible, en nuestras sociedades
actualmente es imposible porque es difícil que haya un capitalismo industrial en
un país tercermundista lo suficientemente fuerte para proponerle eso. Esta cita
se refiere, para los ignorantes que no entiendan, al socialismo evolucionado y
revisado no al socialismo retrógrado que propone las guerrillas previo derrocamiento
de los gobiernos títeres a través de esta, no señores. Supongo que los apristas,
por su dogmatismo, no entenderán esto.
Bueno, todo gobierno socialista recientemente
constituido se ve obligado a practicar en diversos grados la expropiación, la
colectivización y la nacionalización forzosa. Claro está que ningún marxista se
ha enfrentado con un dilema moral ante eso, siendo perjudicial para la economía
nacional si no hay un consenso empresarial sobre esa política.
Finalmente quiero decir algo que considero interesante.
El marxismo es un esfuerzo para descubrir la causalidad en el curso de la
Historia. Y el aprismo no sé que es, ¿acaso un chiste? Para mí es una
paráfrasis del marxismo mal hecha. Pero, ¿cuál es la fuente de esta causalidad
histórica? Heilbrener tiene una respuesta:
“Esencialmente parece que es la fuerza motriz de la
dialéctica, expresada a través de actividades previsibles de las clases en
conflicto”[10].
Pero creo que no es posible saber cómo reaccionará una
clase social ante una determinada situación. No se puede estudiar conjuntamente
a toda una población y su futura reacción ante algo, ya que esta reacción puede
ser diversa. Las diferencias de reacción de las clases sociales en cada país
dan como resultado diferentes variables que son independientes de la valiosa
economía. Ya que cada país es socialmente diferente y no sólo socialmente, sino
también en lo geográfico, cultural, militar, etc.
Me gustaría hacer una reflexión final. La palabra
democracia ¿qué es? Para los apristas debe ser defendida hasta la muerte. Pero
para los marxistas debe ser algo diferente: no negarla en su totalidad, no
entenderla como un talismán cargado de sentido especifico como los apristas
hacen, en el sentido de defender el Estado de Derecho hasta la muerte, cosa mal
dicha porque es el Estado Constitucional, sino como algo que tiene que ver con
el desarrollo del bien común y de la comunidad.
[1] Tratado de la economía marxista, pag 26.
[3] Entre capitalismo y socialismo, pag.127.
[4] Tratado de la economía marxista, pag.256.
[5] Tratado de la economía marxista, pag.300.
[6] Tratado de la economía marxista, pag.311.
[7] Tratado de la economía marxista, pag.315.
[8] Tratado de la economía marxista, pag.320.
[9] Tratado de la economía marxista, pag.351
[10] Entre capitalismo y socialismo, pag.129
El colaborador Walter Abanto empieza haciendo una sinopsis del marxismo desde la optica de Ernest Mandel ( ideólogo de una de las fracciones trostkistas). Entre los años 70' y los 80's conocimos tantas interpretaciones del marxismo como taumaturgos de los males de la Europa de entonces existía.
ResponderEliminarMarx Se propone estudiar en " El capital" no la economía de las sociedades en general, sinó la economía política de una sociedad concreta: el capitalismo que se desarrolla en la Europa del siglo XIX. No pretende dar una interpretación válida para cualquier época ni menos para todos los paises, sinó para el movimiento obrero que se desarrollaba en esos años en la vieja Europa. Los 5 primeros párrafos reflejan una concepción cargada de idealismo puro, ajeno al método marxista. ¿ Qué obtiene con eso ?: pues naufraga inerme en lo que Engels llamó "lugares comunes de la mayor vugaridad" (Anti-Duhring).
Es cierto que el aprismo no estudia los "orígenes humanos" ni tampoco "los orígenes de la sociedad", tal como lo dice en el párrafo 6. Lo que pretende es estudiar nuestra sociedad ( Indoamérica ) desde sus orígenes. Quien haya leido el capítulo IX del " El antimperialismo y el APRA" se dará cuenta inmediata de lo disimil que son los orígenes de nuestras sociedade en Indoamérica comparadas con otras realidade Europeas, asiaticas o africanas. Por ejemplo, Haya describe en esos años el modo de producción andino que lo distingue de otras formas de comunismo primitivo. Este modo de producción andino es la premisa básica a partir del cual se inserta violentamente la feudalidad y luego el capitalismo en su forma imperialista. Estas observaciones fueron hechas por Haya de la Torre cuando los marxistas criollos de esa época desconocian el llamado modo de producción asiático de los manuscrito de Marx, manuscritos que fueron ocultados hasta los años 60' por los exégetas del marxismo moscovita. Y fueron ocultados por que desmentian el concepto lineal y determinista que decía equivocadamente que todas las sociedades evolucionaban según el cartabón europeo. Haya refuta todo eso basandose en observaciones de la realidad Indoamericana.
Tambien Haya de la Torre describe lo peculiar del desarrollo del capitalismo en nuestros pueblos, que lo distingue de otros pueblos al describir las dos formaciones económicas en nuestra sociedad, a saber: una de mayor velocidad, vinculada al mercado mundial, con sus latifundios semifeudales y grandes concesiones mineras que le da una fisonomía primario exportadora, eso por un lado, y otra economía, de menor velocidad, vinculada al aspecto nacional de nuestros pueblos,que partiendo de las comunidades campesinas superstites se desprenden un conjunto de pequeños productores. De ambas vertientes se desarrolla nuestro capitalismo.
Sobre esa base es que tambien observa que las evolución de nuestras economias, suscitado por la llegada del imperialismo, tambien conduce a la evolución peculiar de sus clases sociales. Surge un proceso de diferenciación social distinto a lo que sucedió en Europa. De la existencia de clases sociales en transición es que se desprende la propuesta aprista que dice " la lucha por el desarrollo y contra el imperialismo no es lucha de clases, sinó de pueblos".
Haya de la Torre no se propone dar o recoger recetas "universales" para aplicarlas a nuestra realidad. Quien haya leido el " Espacio Tiempo histórico" no lo olvidará nunca. Lo que ha hecho es dar lineamineto de interpretación de nuestra realidad, algunas intuiciones geniales que no son sinó bases para desarrollar la teoría que permita interpretar nuestra realidad Indoamricana. Su métod arranca de la dialiectica e incorpora los conceptos del Relativismo einsteniano, que es opuesto al relativismo histórico de Spengler. El olvido de esas agudas observaciones de Haya de la Torre es lo que a producido desviaciones populistas o en su ùltima versión el llamado "alanismo".