Solucionética – Ellos nunca fueron izquierda. Por Luis Zaldívar
Salomón Lerner y su gabinete
arcoíris (JDC dixit) ha
terminado siendo relevado por los conflictos internos y la incapacidad de
algunos ministros para mostrar siquiera un plan de trabajo coherente.
Ante la crisis de Cajamarca
anduvieron en marchas y contramarchas contradiciéndose en sus propuestas y
ahondando los problemas tanto por el lado del gobierno regional como por el
lado del sector empresarial. El fracaso del proyecto en Mina Conga es
enteramente culpa del gabinete que ya se fue. Que el nuevo primer ministro
anuncie que el problema ambiental de Mina Conga va ser sometido a un “peritaje
internacional” muestra hasta qué punto el poder ejecutivo cayó en el total
descrédito hasta para sus propios integrantes, todo por culpa de don “Siomi” y
sus allegados.
La noticia de la caída en picada
del señor Siomi fue sorpresiva para casi todos, incluso para los que vaticinamos que el gobierno no tenía rumbo,
ya que todo parecía indicar que al comandante-presidente no le convenía mostrar
sus heridas de guerra en forma tan explícita. Lo lógico era que el gabinete, buscando
un perfil bajo y disimulando las contusiones, tenga algunos cambios en enero o
febrero como es lo tradicional.
Pero lo que sí me ha sorprendido
es el aullido desesperado de quienes dicen ser la izquierda peruana y que en
menos de cinco meses han tiraron la toalla y ahora le llaman derechista al
gobierno. Mario Huamán ha salido a promover que “los gremios encaren” a humala,
y la presión de los amigos de esos consultores inútiles para la política llamado Ciudadanos para el Cambio es tanto que el amo y señor de la verdad y la moralidad César Hildebrandt ha encontrado su nicho publicitario para los próximos cinco años llamándole a Humala derechista.
Ante el desconcierto, han optado por
hacer lo único que saben hacer: indignarse.
Todo eso tendría sentido
aparente, si no fuese porque ni Humala candidato ni Humala presidente representaron ni ligeramente un pensamiento de izquierda.
Nunca tuvo una propuesta de cambio ni en el Plan de Gobierno de 197 páginas de
diciembre del 2010 (a menos que confundamos cambio social con
estatismo-populista) ni en la Hoja de Ruta de mayo del 2011; y siempre estuvo rodeado del grupo militarista que ahora controla el 100% del poder, que el
propio Salomón Lerner Ghitis ayudó a convocar y organizar, dando una esquinita
a los caviares para disimular las cosas.
Durante la campaña, el
establishment social-confuso (que comprende al abanico político que va desde la
alcaldesa Susana Villarán hasta el doctor Javier Diez Canseco, pasando por sus
diversas ONG’s) intentó convencerse a sí mismo que Humala era la esperanza para
un gobierno de izquierda, y cuando ganó, sintieron que ellos habían logrado el
triunfo. Y no era porque creyeran realmente en Humala sino porque creían
posible influirlo y controlarlo (hemos escuchado decir esto a sus voceros en
todas las universidades).
No se les ocurrió reflexionar en la trayectoria de Humala entre los sectores más reaccionarios y autoritarios del país, incluidos sus discípulos fascistas del etnocacerismo (con los que aparentó deslindar para llegar a ser presidente), ni tampoco pensaron que la argolla militar que siempre lo ha respaldado iba a dejar pasar a los seudoizquierdistas como Pedro por su casa. Ni siquiera se les ocurrió pensar mal del financiamiento brasilero y el hecho evidentísimo que Humala fue en la segunda vuelta, obviamente, el representante de buena parte del empresariado que lo convirtió en el candidato con más dinero, y menos importó que Humala nunca vaya con ellos a ningún lado ni a ningún mitin… Cuando terminó el ruedo electoral, los hijos huérfanos del muro de Berlín pensaron que era su hora, y acudieron a pedir puestos públicos sin piedad, incluidos algunos apristas despistados como el señor Luis Alberto Salgado.
No se les ocurrió reflexionar en la trayectoria de Humala entre los sectores más reaccionarios y autoritarios del país, incluidos sus discípulos fascistas del etnocacerismo (con los que aparentó deslindar para llegar a ser presidente), ni tampoco pensaron que la argolla militar que siempre lo ha respaldado iba a dejar pasar a los seudoizquierdistas como Pedro por su casa. Ni siquiera se les ocurrió pensar mal del financiamiento brasilero y el hecho evidentísimo que Humala fue en la segunda vuelta, obviamente, el representante de buena parte del empresariado que lo convirtió en el candidato con más dinero, y menos importó que Humala nunca vaya con ellos a ningún lado ni a ningún mitin… Cuando terminó el ruedo electoral, los hijos huérfanos del muro de Berlín pensaron que era su hora, y acudieron a pedir puestos públicos sin piedad, incluidos algunos apristas despistados como el señor Luis Alberto Salgado.
A la hora de los loros, Humala se
muestra claramente como un presidente que sólo respeta sus intereses de grupo
más inmediatos y que gobierna como le salga; que atornilla a sus allegados de
confianza, expectora a los que le cae antipáticos y que no tiene ideas
programáticas más allá de los slogans de campaña que le recitan sus asesores y una que otra repasada al militarismo.
Lo que era visible, que Humala no daba la talla para conducir un país, es comprobado
cada vez que Humala toma el micrófono para dar uno de sus terribles discursos,
siempre rodeados de tropas del ejército armadas hasta los dientes. Los peruanos
sufrimos, pero más sufren los que se llenaban la boca en contra de gobiernos
pasados y ahora son cómplices de un futuro incierto.
La realidad ha devuelto al
caviarato a su esquinita de siempre, desorientados y buscando culpas en los demás
antes de darse cuenta que hacer política no es reunirse con sus patas tecnócratas
de siempre en los cafés de moda para ver de quien se cuelgan las siguientes
elecciones.
De hecho, todos los que nos
sentimos de izquierda tenemos un arduo trabajo pedagógico y organizativo que
hacer en el futuro, pero debemos tener en claro que el cambio no se genera
vendiendo rollos en contra del “modelo”, sino buscando trabajar concertaciones
amplias en donde podamos llevar más democracia sin favorecer a una argolla
militar respaldada por algunos grupos empresariales y un grupo de aventureros civiles.
Ser de izquierda no es ser estatista, ni lobbista de ONG’s socialdemócratas, ni
inflar mucho el pecho como gallitos frente a los empresarios para luego pasar a
pedir limosna, sino entender que el gran trabajo político se da en la
afirmación de una democracia funcional en donde todos se vean representados y
se desarrollen proyectos técnicamente impecables y eficientes, trabajo que
corresponde tanto al partido que llegue al Estado como a los partidos que
organizan a la sociedad civil, no a colectivos superfluos y a ONGs que se divierten
paseando a señores en trajes típicos mientras sus familias no tienen calzado.
Hacia allá debemos ir, aunque
dudo mucho que nuestro presidente se dé el trabajo de leer a sus opositores.
Ojalá que sí.
jajajaja eso demuestra que que los rojos nunca seran nada solo sirven para criticar y cuando tienen algún cargo publico no saben que hacer......no existe la izquierda en le parú son puros fantoches .......
ResponderEliminarlamentablemente son personas tan violentas q no saben como crear confixtos pues estan acostumbrados por los anteriores gobiernos a la violencia
ResponderEliminarAPRISTA CONCHUDO, PORQUE NO HABLAS DEL GOBIERNO DE TU PAPI ALAN? QUE FÁCIL ES MIRAR LA PAJA EN EL OJO AJENO
ResponderEliminarCon todo respeto permitanmen jajajajajajajajajajaajjaajajajaa. Buena Luis Zaldivar.
ResponderEliminarMoraleja
ResponderEliminarLos rábanos no son reciclables y los militares, no todos, carecen de conciencia política
.
asi es ... no se acuerdan cuando Alan le besaba la mano a la presidenta chilena y decía q no reclamen q los chilenos se puede molestar ? ... ese diario y el grupo de l comercio no tienen patria ... tienen dinero y en los bancos de sus amigos .. se les debe enjuiciar a los ex presidentes y ministros de defensa por descuidar las fuerzas armadas hasta llevarlas a pelear con las manos ....
ResponderEliminarEl problema no es laizquierda o la derecha, el problema es la mayoria quiere que los gobierno hagan todo y como el gato del despencero ellos hacen los que les da la gana! Porque ambos grupos no participan en la Concertacion Nacional y no sigamos con la idea tercermundista, que va hacer el pais por mi? Si no preguntence que vas hacer por el Peru'? Porque en ambos extremos la solucion es destruirnos entre nosotros, sea por racismo,por igmorancia o diferencia social, es vergonzoso,inmoral,repugnante y cobarde el continuar con la corrupcion por que el querer desastabilizar al Peru' solo beneficia a Alan Garcia Perez y alos Fujimoristas que no quiere que se investigue estas maffias corruptas! q.D.los.B.toditito!
ResponderEliminarEstimados:
ResponderEliminarPedro Sago: Bien difícil hablar de García en un artículo en el que estoy hablando de otra cosa ¿no te parece?
Anónimo 1: Gente como usted debe aprender a respaldar sus afirmaciones; por mi lado, yo soy integracionista y le corro al antichilenismo simplón
Bernardo Ugaz: Yo si creo que hay un tema de izquierdas y derechas, esencialmente porque hay muchos que tienen una idea de izquierda que es francamente reaccionaria. Pensar en el milenarismo como una estrategia de cambio es francamente retrógrado. Los comunistas nunca tuvieron habilidad para interpretar la realidad, y ahora reciclados están igualitos, repitiendo consignas extranjeras de sus ONGs europeas, canadienses y yanquis.
Mucho hablan del fujimorismo, y parece que lo van a liberar. Cuidado allí
Saludos