El minúsculo conglomerado de agrupamientos que proclaman llamarse
Partido Comunista Peruano (entre estas diversas facciones se encuentra el
funesto grupo “Sendero Luminoso”) está celebrando, cada cual por su cuenta, el
7 de octubre, el 83 aniversario de su fundación.
En verdad no hay mucho que celebrar. Si bien José Carlos Mariátegui era
un comunista “convicto y confeso”, no fundó el 7 de octubre de 1928 el Partido
Comunista Peruano sino el Partido Socialista del Perú, agrupación cercana pero
no afiliada al comunismo, dentro de la cual hubo un pequeño núcleo comunista.
En esa ocasión fue cofundador del PSP el grupo socialista de Luciano Castillo,
que no tenía afinidad alguna con las ideas de Mariátegui y pronto se apartó.
El PSP fue transformado en PCP en abril de 1930 (apenas fallecido
Mariátegui) por Eudocio Ravines, enviado de la Internacional Comunista, quien
excomulgó las ideas de Mariátegui bajo el epíteto de ser “populistas” y
“pequeño-burguesas” y orientó la política de este grupo hacia reiterados desastres.
Pero esta segunda fundación no la celebran los comunistas peruanos porque en
1942, tanto Ravines como los principales integrantes del núcleo fundador de
1928: Esteban Pavletich, Julio Portocarrero, Ricardo Martínez de la Torre,
etc., fueron expulsados por colaborar ignominiosamente con el gobierno de
Manuel Prado. Ravines se convirtió, casi de inmediato, en un defensor de la
extrema derecha peruana y pronto se reveló que siendo dirigente del PCP ya era
un agente de la CIA (la Central de Inteligencia de los EE UU).
Desde 1930, el PCP ha ido de tumbo en tumbo y subdividiéndose hasta el
infinito. Hemos tenido el PCP “Unidad” (prosoviético y ardorosamente
provelasquista entre 1968-1975); el PCP “Bandera Roja” (maoísta y luego
“albanés); el PC del P “Patria Roja” (maoísta del “librito rojo” y hoy seguidor
del PC Chino proimperialista); y el PCP “Por el sendero luminoso de José Carlos
Mariátegui” (más conocido como “Sendero” a secas). Ha habido además una larga
serie de sub grupos de corta vida como “Puka llacta”, “Estrella Roja”, etc.,
etc.; y diversos grupos comunistas de origen “no tradicional” como el MIR de
las guerrillas de 1965 y los distintos desgajamientos de Vanguardia
Revolucionaria que incluyen el Partido Comunista Revolucionario (PCR), el PUM
(Partido Unificado Mariateguista) y otros más que se pierden en el infinito.
En cada crisis y fraccionamiento, los pequeños caudillos en pugna no
consiguen organizar una argumentación política convincente. Por esta razón
suelen refugiarse en los breves textos legados por Mariátegui, dándole a los
breves artículos y comentarios periodísticos que publicó en su corta vida, la
dimensión de magnos tratados científicos.
Con todo el respeto que se merece la honesta figura de José Carlos
Mariátegui, es indispensable reconocer que su legado no tiene la envergadura ni
la trascendencia que sus epígonos pretenden. Esa insuficiencia es parte de la
crisis permanente de los comunistas criollos.
Acompañándolos en esta triste celebración, ofrecemos a nuestros lectores
rojos y rosaditos el artículo de Hugo Vallenas titulado “El verdadero
Mariátegui”. Este artículo se publicó con motivo del aniversario del natalicio
de JCM en 1989, hace 22 años. Los argumentos siguen vigentes ya que los
“rabanitos” comunistas y comunistoides no tienen nada nuevo que decir.
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