En la actualidad
muy pocos sectores poseen tantas perspectivas positivas y potencialidades económicas
a futuro como el Turismo, llamado la industria sin chimeneas, él que se consolida como una de las mejores
oportunidades para el desarrollo socioeconómico que el Perú no debe dejar
pasar, generando inversiones, disminuyendo la pobreza y consolidado la imagen e
identidad nacional del País.
Para entender el
contexto en el que se desarrolla el turismo, revisemos unos datos previos de lo
que ya está produciendo esta industria limpia en el Perú y de las medidas que
se deberían tomar a futuro.
Actualmente el
turismo es la tercera actividad generadora de divisas en el país, el presente
año ingresarán 3,800 millones de dólares y llegarán más de 3 millones de turistas
internacionales según estimaciones económicas del Scotiabank, algo nunca antes
visto, además el gasto per cápita por turista será de 1200 dólares y se
generaran inversiones por 1500 millones
de dólares para el 2013. Adicional a esto la tendencia económica ubica al
turismo como la primera actividad generadora de divisas en el Perú hacia el año
2035.
Por otra parte el
turismo contribuye en promedio con el 9% del PBI según cifras de la CCL, que se
divide en un 3,7% generado por el turismo receptivo a través de los turistas
extranjeros y el restante generado por el turismo interno a través de los
turistas nacionales, aquí debo llamar la atención por la desactualización de la
Cuenta Satélite de Turismo, responsabilidad de la actual gestión y que
permitiría medir en forma precisa el impacto de la actividad turística.
Si bien es cierto
las perspectivas auguran que los números seguirán creciendo, tenemos que ser
conscientes de la poca importancia que se le ha dado a este sector, dentro de
los proyectos aprobados por el SNIP el 2012 solo 116 eran de turismo y este año
solo son 40, siendo uno de los sectores con menos ejecuciones de inversión pública
sobrepasado abismalmente por otros. Por otro lado la falta de una política
nacional de turismo, lo ha dejado como un sector de segundo nivel,
desaprovechando su inmenso potencial a diferencia de países como España o
México donde el turismo es el motor de sus economías.
El turismo puede
actuar como imán de nuevas inversiones, generando diversos destinos y clusters
turísticos, lo que propiciaría la creación de infraestructura, la mejora de las
capacidades humanas, el fomento del emprendimiento de micro y pequeñas empresas,
beneficiando directamente a las
poblaciones aledañas a los atractivos turísticos y creando miles de puestos de
trabajos, ingresos para los municipios y regiones y sirviendo de instrumento eficaz
de lucha contra la pobreza. Todo esto se traduce como el “Efecto multiplicador
del Turismo”, el cual beneficia directa e indirectamente a muchos sectores.
Los Retos: Crear las condiciones y mejorar la
competitividad
Por otro lado
debemos de entender que mientras nosotros avanzamos en los números otros países
también avanzan, por lo tanto los objetivos turísticos del Perú no solo deben
centrarse en el aumento del ingreso de turistas, sino por el contrario debemos
enfocarnos en la mejora de la calidad de la actividad turística y de la
competitividad donde actualmente estamos ubicados en el puesto 73 según el Índice
de Competitividad en Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial, debido entre
otras cosas a la falta de infraestructura turística y a la inseguridad.
Al mejorar la
competitividad, aprovecharemos mejor nuestras ventajas comparativas que son el
ser un país multicultural y megadiverso, para convertirlas progresivamente en
ventajas competitivas y así tener el impulso necesario para las próximas
décadas. La Marca País que es uno los logros dejados por el gobierno Aprista
debe servir de base para consolidar nuestra imagen competitiva en el
extranjero.
Otra de las medidas
necesarias, es descentralizar la oferta turística del Cusco desarrollando
nuevos nichos de turismo como el gastronómico, el de observación de aves, el de
aventura, el de sol y playa y aprovechar el auge del turismo rural comunitario,
los cuales al ser poco conocidos en el país se presentan como una oportunidad esplendida
de atracción a los turistas extranjeros.
Finalmente desarrollar
las condiciones dentro de una política de estado, que mejore la seguridad
ciudadana, acondicione la infraestructura, fomente las inversiones y promueva
el emprendimiento de nuevas empresas, pondrán las bases para el fortalecimiento
de esta industria.
Como hemos visto
las perspectivas económicas marcan una tendencia positiva del turismo, las
cartas están sobre la mesa, ahora la tarea es virar el rumbo del desarrollo del
país hacia esta industria que nos propone un panorama alentador hacia el futuro.
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