Una vez más la Sra. Heredia se ha entrometido indebida e ilegalmente en la política nacional, hablando ante la prensa sobre el affaire López Meneses, en clara certificación de que es ella la que lleva la voz cantante del gobierno, burlándose una vez más de las leyes y protocolos que rigen en todo estado de derecho de un país democrático como el Perú. Demostrando que el gobierno familiar sigue empeñado, aunque el presidente del consejo de ministros no quiera darse cuenta, en el proyecto de la reelección conyugal. Por eso es que la verdadera jefa de palacio de gobierno es siempre la que tiene la última palabra, mostrándose incluso desafiante con la verdadera oposición que la intenta contener.
Así, no hay que dejarnos sorprender por la Sra. Heredia cuando pide que la investigación sobre los vínculos de López Meneses con el poder se haga desde los años 90s, pues esto sería solo una cortina de humo para tapar los actuales nexos de dicho personaje con palacio de gobierno. Queriéndonos hacer olvidar por ejemplo que en el congreso, mediante la “Comisión Waisman” desfilaron más de mil personas y se le abrió proceso a otras 300 por sus vínculos con la mafia montesinista. Habría que recordarle también a la Sra. Heredia que la gran mayoría de “investigadores” de dicha mafia, son ahora parte de su círculo más cercano, como Omar Chehade que fue procurador especial anticorrupción y Pedro Cateriano que también fue procurado especial junto al tristemente célebre Juan Jiménez Mayor.
Al ser este el peor escándalo político de los últimos años en el Perú, el presidente Humala se ha visto en la obligación, aunque sea solo formalmente, de desprenderse de sus dos principales colaboradores, el coronel Adrián Villafuerte y el exviceministro del interior Iván Vega, quienes despachaban directamente con él. Por lo que es imprescindible que en el Congreso de la República, por ser el poder fiscalizador y el foro político por excelencia, y para muchos el primer poder del estado, se cree una comisión investigadora multipartidaria de ocho miembros al ser ocho las bancadas en el congreso, con el voto dirimente de quien la presida, quien además no debe ser miembro del partido de gobierno ni de sus satélites. Porque la tarea de descubrir quién dio la orden de resguardar la casa de López Meneses con ochos patrulleros, tanquetas y portatropas, no es difícil ni mucho menos tiene que demorar seis meses.
Finalmente, hacemos un llamado a Óscar López Meneses, “Junior” como lo llaman sus familiares y amigos, para que colabore plenamente con las investigaciones y no se deje asustar y menos reconciliarse con aquellos que lo han denostado públicamente, negando una amistad que bien sabemos se remonta a los años de cadete del presidente Humala, pues uno de sus grandes amigos y compañero de promoción, ha sido el coronel EP del arma de inteligencia, Oswaldo Zapata, quien fue marginado este año de la lista de ascensos pese a ser un oficial de primera línea.
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