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jueves, 11 de julio de 2013

Solucionética - Ollanta en trompo. Por Luis Zaldívar


Ollanta Humala decidió al finalizar su primer año de gobierno que ya no quería saber nada de los aliados que lo llevaron al poder y que realistamente era imposible cumplir todo lo que había prometido en diez años de demagogia y mezquindad. Al finalizar su segundo año decidió que tener al frente a la izquierda comunista no era suficiente, así que decidió pelearse con todo el resto de fuerzas organizadas, quedándose en una eclética alianza con un movimiento caudillista en declive como Perú Posible.  Si a esto se le suma la nula capacidad de su gabinete para gestionar políticas públicas y la cantidad de errores que comete la pareja presidencial para comunicar, Humala y sus seguidores deben estar  muy alegres de tener una oposición relativamente constructiva.

Pero el desarrollo democrático está en riesgo. La falta de debate público y sostenido sobre la ley de servicio civil ha logrado que el dictamen aprobado por el ejecutivo sea una fuente de conflicto permanente con los sindicatos. El respaldo oficialista a la ley del General Mora que pone a las universidades a merced del gobierno desvirtúa la importancia de una reforma y ha provocado que los estudiantes y funcionarios se movilicen pidiendo mejorar la ley. La poca reacción para contrarrestar la caída de inversiones ha logrado desacelerar efectivamente la economía, poniendo en riesgo a largo plazo el desarrollo sostenible en el país. Todas estas noticias ocurren mientras que la crisis internacional va pasando y casi todos los países van reactivando sus economías. A todas luces, Humala aparece como el único culpable.

Lamentablemente Humala está pecando de lo que más le criticó a Alan García: soberbia. Eso es lo que demuestra al decir a los cuatro vientos que está haciendo una reforma educativa cuando no se ha capacitado un solo profesor, o cuando dice que está haciendo inclusión cuando está repartiendo comida envenenada en un programa mal llevado como Qali Warma, o cuando manda un Decreto Supremo que legaliza la destrucción del Patrimonio Arqueológico. A todas estas cosas Humala ha respondido diciendo que no está pensando en cambiar ministros, parece que un ego casi colosal es lo que lleva al presidente a caer en las encuestas

Los gremios ya salieron a convocar a la protesta nacional estas fiestas patrias. Muchas organizaciones ya se han plegado ¿Será que Humala reconsiderará su postura? Por el bien del país, esperemos que sí


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