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domingo, 17 de noviembre de 2013

Ollanta en su laberinto, su peor semana

Por: Víctor Raúl Trujillo de Zela

Los peruanos todavía no salimos de nuestro asombro luego de presenciar los escándalos protagonizados por altos oficiales de las fuerzas policiales y de las fuerzas armadas, quienes en actitud vergonzosa se han acusado mutuamente de haber facilitado una increíble protección policial a dos inmuebles pertenecientes a un conocido personaje del entorno más íntimo del exasesor de inteligencia y hombre fuerte del régimen de Fujimori, Vladimiro Montesinos. 

Lo increíble del caso es que nadie en el gobierno, ni el renunciante Ministro del Interior; ni el Ministro de Defensa, el locuaz y hoy mudo Pedro Cateriano, jefe inmediato de los presidentes del comando conjunto envueltos es este vergonzoso episodio; ni el ahora exasesor de seguridad del presidente Humala cuya renuncia es un triunfo de la democracia, y ni el propio presidente Humala, sabían absolutamente nada de este tremendo resguardo policial que ha durado 18 meses. Como afirma el congresista Mulder, imposible de creer. 

Sin embargo como lo señala meridianamente en su columna del día viernes 15 del presente mes el director de este diario, el presidente Humala fue hasta hace muy poco tiempo gran amigo del hoy negado por todos, Óscar López Meneses. Es bueno recordar a los lectores de esta columna, que el 15 de julio del año pasado, escribí respecto a esto lo siguiente: “Ollanta Humala desde sus inicios en política, siendo comandante en actividad, se mostró como un hombre contestatario, proclamándose un desafiante enemigo del régimen fujimontesinista, contra el que planeó conjuntamente con su hermano Antauro, una supuesta sublevación en el sur del país, conociéndose además, que ya por aquellas épocas mantenía amistad con personajes íntimos del entorno montesinista”. Ahora se sabe que el día de la fuga de Vladimiro Montesinos, este realizó llamadas desde el velero Karisma al fuerte Locumba desde donde supuestamente se “levantó” Ollanta Humala, y al celular de su gran amigo Oscar López. 


Esta lamentable y penosa situación que atraviesa el gobierno es una peligrosa señal para el fortalecimiento de nuestra todavía no muy consolidada institucionalidad democrática, por ello es importantísimo se forme una comisión investigadora en el Congreso con plazo perentorio y que esté presidida por algún representante de la verdadera oposición al régimen, para que desentrañe este hecho al cual cada día se van agregando nuevos elementos que tienen que ser necesariamente esclarecidos a plenitud. 

Otro tema opacado circunstancialmente por el affaire López Meneses, ha sido la nueva puesta en escena de la tesis del gobierno familiar, que para la oposición y muchos analistas políticos independientes es una clara insinuación de poner nuevamente en carrera la “reelección conyugal”. Sólo en las monarquías, en que existe el concepto de Familia Real, sería procedente hablar de gobierno en familia o de las tareas, normalmente protocolares, de la consorte. Por lo demás, la importancia de la Familia Real es porque en la monarquía se configura una sucesión por consanguinidad. Sin embargo, este Congreso no se ha tomado la molestia de recordarle al Presidente que el Perú es una República.

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