Pensamiento libre sin ideología es como coito asistido

viernes, 17 de junio de 2011

Mar de vanidades - Últimos azares del gobierno que no es aprista y del aprismo que no es gobierno



¿Dónde está el compañero Morán? ¿Dónde está la Constitución de 1979? ¿Dónde está el homenaje a Machu Picchu? ¿Dónde está la lucha contra la corrupción?

Preguntas y respuestas del diario de la compañera Jeyse Vásquez Ledesma

Viernes 17 de junio de 2011

Querido diario:

Escribo estas notas para reafirmar mi fe aprista, porque cada día ocurren cosas que a muchos nos tiran la fe al suelo. Pero no hay que rendirnos. Los grandes ideales no perecen por las faltas de unos pocos. El aprismo es más grande que sus problemas. Estas son las preguntas que debemos hacernos esta semana.

¿Dónde está el compañero Morán?
No es muy sex-simbol que digamos pero todos tenemos cariño y respeto por el compañero Javier Morán. Es una pena que en El Peruano se publique que el compañero Javier Renato Morán Morán, dirigente nacional del PAP y director ejecutivo del Programa Integral de Mejoramiento de Barrios y Pueblos del Ministerio de Vivienda, ha sido cesado en su cargo mediante resolución ministerial 126-2011 del 3 de junio. ¿La razón de medida tan drástica? Hay un sin fin de rumores. Una versión asegura que hace más de dos meses pidió licencia para viajar a España por 15 días y nunca más regresó y se desconoce su paradero. ¿Se ha ido del país sin explicación alguna? ¿Estamos ante un nuevo escándalo? ¿O le ha pasado algo, como al joven Ciro en el Colca? Por favor, compañero Morán, aunque sea por fax, aclare las cosas.

¿Dónde está la Constitución de 1979?
Voté por nuestro querido compañero Jorge del Castillo para congresista y por su hijito el guapetón Manuelito para representante peruano en el Parlamento Andino. Me encantaba verlos juntos tan tiernos y engreídos. Ahora resulta que el “tío George” se opone a que los parientes estén en política y postula que los parientes del Presidente no pueden postular a la presidencia ni a la vicepresidencia de la República. Por supuesto, el proyecto es para cerrar el paso a una posible candidatura de la señora Nadine de Humala. O sea, es un proyecto de ley con nombre propio. Y don Jorge usa en su defensa que así lo dispuso el Art. 204 de la Constitución de 1979, luego derogado por la Constitución fujimorista. La propuesta de la “Ley Anti-Nadine” sería entonces un acto político de principista defensa de la Constitución de Haya de la Torre. Nos preguntamos, ¿y todos los demás artículos de esa Constitución? ¿Por qué nos acordamos de un solo artículo un mes antes de que termine el gobierno? ¿Y por qué hemos permitido que el señor Humala  haga campaña defendiendo esa Constitución cuando en la campaña del 2006 habíamos prometido restituirla?

¿Dónde está el homenaje a Machu Picchu?
Faltando muy poco para la celebración del centenario del descubrimiento de Machu Picchu y en pleno lanzamiento a todo dar de la “marca Perú”, a nuestro querido presidente Alancito se le ha ocurrido imponernos un enorme y costoso Cristo de dudoso gusto en el Morro Solar. Y lo ha hecho mátalas callando, sin tomar en cuenta a peritos en urbanística, artistas plásticos ni gestores ambientales y sin la debida fundamentación desde el punto de vista cultural. Este Cristo gigante, que es algo deforme (muy cabezón y con brazos muy cortos) en el aspecto artístico no tiene nada de peruano y pretende imitar al Cristo de Río de Janeiro. Es un típico acto de sobonería cultural. En otras palabras, una huachafería. Lo han financiado el propio Presidente y un patronato formado por 42 empresas brasileñas que invierten en el Perú, siendo la principal de ellas la petrolera Odebrecht. Don Alan ha puesto 100 mil soles “de sus ahorros” y el grupo brasileño 5 millones de soles de los cuales hasta el 30% podrá ser deducido del impuesto a la renta de sus actividades empresariales. ¿Es entonces un homenaje de nuestro Presidente a los buenos negocios con los inversionistas brasileños? Lo más peculiar de todo esto es que al Presidente “le sobran” 100 mil soles para este tipo de cosas pero no tiene 10 mil solcitos para reparar los baños de la Casa del Pueblo, evitar que siga deteriorando el segundo piso del edificio principal y dotar a los salones de sillas y muebles más decorosos. ¿Para eso nunca hay plata señor Presidente?

¿Dónde está la lucha contra la corrupción?
Por culpa de unos pocos, la gente común cree que los apristas somos ladrones y corruptos. Los programas cómicos de TV nos retratan con un rabo de rata y una caca en la cabeza. ¿Hemos hecho algo para cambiar esta equivocada imagen? Con la reciente ley 29703 ha ocurrido todo lo contrario. Faltando muy poco para que acabe el gobierno, hemos apoyado una ley aderezada por el congresista Rolando Souza, abogado del cogollo fujimontesinista, que modifica ocho artículos del actual Código Penal, relativos a los delitos de colusión, tráfico de influencias, peculado de uso y enriquecimiento ilícito. Según la nueva ley, los actos ilícitos de colusión sólo son punibles si ocasionan “defraudación patrimonial”, es decir, si causan algún daño económico para el Estado. Es decir, que todo acto de colusión o tráfico de influencias que implique manipular nombramientos o decisiones políticas (con sobornos que salen de los bolsillos de los interesados) no es punible. Igualmente, con la nueva ley queda derogada la pena de inhabilitación (no volver a ejercer cargo público) a los culpables de enriquecimiento ilícito. Y si hubiera alguna duda en los cargos imputados en una acusación procesal, el fallo deberá favorecer al acusado. Queda claro por qué esta ley ha sido bautizada por el diario La República como “la ley de la coima de la alianza apro-fujimontesinista”. Es una ley terrible, que abre las puertas a la impunidad, pero no olvidemos que la culpa salpica a todos. Se aprobó por 69 votos sobre un total de 69 congresistas presentes y no hubo votos en contra ni abstenciones. Por ejemplo, dieron su voto por esta ley connotados representantes del nacionalismo como Javier Abugattás (el hombre fuerte del humalismo), Marisol Espinosa (la vicepresidenta electa), Nancy Obregón (la sospechosa defensora de los cocaleros) y Víctor Mayorga (el popular “mataperro” nacionalista). Ojalá que nuestros parlamentarios apristas den el valiente paso de proponer la nulidad de esta ley que nos aparta de las convenciones de la ONU y la OEA contra la corrupción.  

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