Habida cuenta de la presentación del expresidente Alan García en un sintonizado programa de la televisión nacional, es necesario y oportuno señalar que con orgullo de peruano y de añejo militante del Partido del Pueblo, que el actual conductor del partido fundado por Haya de la Torre, mostró una vez más ser un eximio comunicador, demostrando también generosidad con sus adversarios y una remarcable grandeza de espíritu, además de espontaneidad, tolerancia y la tranquilidad de quien tiene la conciencia limpia.
Justamente en el señalado programa, el líder del Apra lanzó la propuesta de ceder la posta de la conducción del Partido del Pueblo a los jóvenes de entre 25 y 35 años, tal como sucedió tras la muerte de Haya de la Torre, pues ellos tienen una asombrosa facilidad para interactuar en tiempo real con miles de gentes, lo que es fundamental en la era de la información y la economía de las ideas de este nuevo mundo cada más interdependiente, en el que la única constante es el cambio permanente. Este recambio se inició en el sector privado hace ya algunos años, y fue durante el segundo gobierno del expresidente Alan García, que comenzó la incorporación de gestores jóvenes en el aparato estatal que fueron fundamentales para darle el impulso que permitió hacer retroceder la pobreza en 20% y hacer del Perú una atracción mundial para las inversiones.
Por ello no debe haber marcha atrás con esta propuesta a pesar de que algunos compañeros opinen lo contrario, y es imperativo también como lo ha afirmado Alan, que al igual que lo que propone el Papa Francisco para la Iglesia Católica, el Apra vuelva a abrirse hacia la sociedad y se dedique a interactuar con ella, convocando y apoyando a sus nuevos actores económicos y sociales, quienes son el verdadero soporte del gran movimiento aprista, que va mucho más allá de su anquilosada burocracia, la que se ha visto enfrascada en pleitos infraternos por quienes buscan retener sus cuotas de poder y que lo único que ha logrado es reducir a lo mínimo al Partido del Pueblo según los últimos resultados electorales, salvo honrosas excepciones.
Creo honestamente que a los adultos mayores nos ha llegado el momento de pasar a colaborar en esta modernización y vigorización del Partido del Pueblo desde el back stage del escenario político, con la satisfacción, en la mayoría de casos, de haber cumplido y contribuido a la consolidación de la democracia, impulsando el desarrollo económico y social sostenible del país. Lo que no significa que las personas adultas dejen de participar en importantes posiciones, pues su experiencia adquirida a lo largo de las innumerables batallas por encaminar el país, será fundamental para que los jóvenes no caigan en sus mismos errores y puedan a su vez superar sus aciertos.
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