Por: Jaicec Espinosa Sandoval
Ante la imposibilidad legal de inhabilitar al expresidente Alan García, el gobierno conyugal no ha dudado en sacarse la careta y apostar todas sus fichas para sacar adelante la candidatura de la Sra. Humala y lograr así su principal objetivo, el de perpetuarse en el poder. Para esto, han encargado al trotskista Luis Favre, uno de los marketeros políticos más caros del continente, diseñar la campaña de la ahora presidenta del partido nacionalista. Dicha campaña aprovechará el contexto post fallo de la Haya, para empezar una gira nacional en nombre de la "unidad nacional y la alegría", que servirá para que la Sra. Humala se despercuda de la tremenda mediocridad de su gobierno y de los constantes enfrentamientos de la clase política propiciados por el comandante golpista, y así intentar dar una imagen de falsa renovación con la lideresa nacionalista.
Para ello no escatimarán en gastos, pues cuentan con las arcas del estado como caja chica y con la infraestructura nacional como soporte logístico, por lo que no nos sorprenderá ver a la Sra. Humala en pomposos festivales acompañada de algunos artistitas, que en nombre de una pensión que ya les ofreció el gobierno, colaborarán fervientemente en la campaña. Además de tener al canal del Estado, como el principal medio que cubrirá dicha gira, lo que se complementará muy bien con la cobertura de todos aquellos pseudoperiodistas, que con el pretexto de la mal llamada "concentración de medios" se pondrán del lado del gobierno y su candidata, como ya ha venido sucediendo y como hace una semana vimos en una arregladísima entrevista a la Sra. Humala.
Ante esta situación, llama la atención la postura reciente de algunos posibles importantes candidatos y de otros que sueñan con serlo, que han afirmado estarían dispuestos a aceptar el cambio de reglas de este gobierno y así competir con la Sra. Humala. Tenemos derecho entonces a preguntarnos ¿por qué este cambio de posición de aceptar una candidatura que no permitirá la competencia en igualdad de condiciones? Será acaso porque una vez más se piensa equivocadamente que sacando de competencia a Alan García todos tendrán mayores posibilidades de amalgamar en la segunda vuelta el voto contra la Sra. Humala. No sería lo más lo patriótico y sensato oponerse a cualquier atisbo de autoritarismo y convocar a las verdaderas fuerzas democráticas, sin pasado vergonzante, a enfrentar la imposición de un modelo reeleccionista, estilo Kirchner, que solo ha generado corrupción, caos y retroceso en los países donde se ha impuesto.
Esperamos y sabemos que felizmente hay muchos peruanos, especialmente jóvenes de toda condición, que han visto despegar su país hacia el desarrollo dentro la libertad, la justica y la alternancia en el poder, es decir dentro de la democracia, y que al margen de sus simpatías políticas saldrán a defender dicho progreso buscando una plataforma común que enfrente en una segunda vuelta, si es que se da el caso, a la presidenta-candidata.
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