Sendero Luminoso quiere inscribir un movimiento de fachada para los procesos electorales. Una clara decisión en primera instancia rechazó el engaño pero sorprendentemente el Jurado Nacional de Elecciones no la convalidó. Las débiles convicciones de estos magistrados pueden torpedear de nuevo nuestro régimen constitucional.
Que alguien a estas alturas,
tras miles de asesinatos de civiles, no entienda la entraña criminal de esta
banda terrorista, resulta incomprensible. Sendero es un enemigo declarado de La
Libertad, la democracia, el pluralismo y la convivencia pacífica. Su
trayectoria sanguinaria la inició alzándose en armas contra la refundación
democrática de la República, abierta por la Asamblea Constituyente de 1978.
No se levantaron contra la
dictadura, tiempo en el que gozaron de sinecuras y puestos públicos; sino a
partir del proceso electoral de 1980, cuando los militares se
replegaban a los cuarteles. Durante los doce años de supresión de las
libertades a Sendero sólo se le conocía por oponerse a las fuerzas cívicas que
finalmente recuperaron la democracia. Durante esa década desataron la barbarie
y destruyeron la economía nacional. Su cobardía que acabó con la vida de
personas pacíficas y desarmadas alcanzaba hasta animales, si estos eran
considerados fuente de ganancia y progreso social.
Aquí está el MOVADEF |
Con desparpajo se burlan de
todos al querer inscribir su ideología de muerte y terror, el “pensamiento
Gonzalo”. Pretenden que no se les niegue la inscripción porque la libre
difusión de las ideas es un derecho fundamental. De las ideas democráticas,
jamás de las que quieren destruir el estado de derecho. El límite de la
tolerancia es la intolerancia decía John Locke y este es un principio
inclaudicable.
La organización criminal
pretende que la sociedad democrática registre su ideología antidemocrática,
enemiga de los derechos humanos. A la confusión de algunos han contribuido
errores de bulto de ciertos ideólogos de la Comisión de la Verdad. Aquellos que
deforman la sedición como si fuera una guerra entre iguales y equiparan la
elemental defensa del estado de derecho con la acción subversiva. Confundidos
por los excesos, soslayan que SL se alzó contra la Constitución en pleno
ejercicio de las libertades.
Olvidan que su propósito fue y será siempre la
instauración de una dictadura totalitaria, basada en la opresión violenta del
retrógrado “pensamiento Gonzalo”. Para mayor escarnio nos quieren convencer de
que la amnistía debe alcanzar tanto a Abimael Guzmán como a Vladimiro
Montesinos, dos extremos execrables que la decencia democrática obliga a
condenar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario