La ola de
protestas en Venezuela que ha puesto en jaque a la dictadura de Nicolás Maduro
han sido erróneamente interpretadas por algunos analistas como el resultado de
un proceso impulsado desde la derecha, incluso algunos –como la izquierda
peruana- han copiado el discurso del
chavismo calificando de “fascistas” a los jóvenes protestantes que están
cayendo asesinados por grupos paramilitares armados por el gobierno. Pocos han
intentado ver quiénes son los que protestan y quienes conforman la oposición a
la dictadura.
La Mesa de
Unidad Democrática creada en el 2008 aglutina no sólo a los partidos históricos
como Acción Democrática y el COPEI, sino a diferentes partidos y movimientos de
izquierda que van desde el Movimiento Hacia el Socialismo (de tendencia
trotskisa) hasta el comunista Bandera Roja (el partido maoísta hermano del
peruano Patria Roja), los cuales manejaban una buena cantidad de sindicatos
antes de la llegada del chavismo, y fueron atacados por la dictadura con el
afán de consolidar el partido único. Así mismo, la oposición chavista cuenta
con los movimientos locales de Derechos Humanos (esos que se han quedado
callados en otras partes), como son la Vanguardia Popular. El mismo partido de
Leopoldo Lopez, Voluntad Popular, no tiene ni atisbos de filosofía conservadora
en sus estatutos, más bien definiéndose en redes de activistas que son más
parecidos a los movimientos de izquierda peruanos.
El movimiento
estudiantil, a su vez, tiene como líderes a miembros de agrupaciones como Un
Nuevo Tiempo – de izquierda democrática –, el Movimiento 13 de Marzo –
relacionado a Voluntad Popular- y la Unión de Jóvenes Revolucionarios –relacionado
a Bandera Roja- ninguno de las cuales pudiese decirse son organizaciones de
derecha. Ni que decir de los cientos de miles de jóvenes que sin partido político
han salido a protestar pidiendo democracia. Sólo para un comunista demasiado ortodoxo puede pensar que pedir libertad y democracia es sinónimo de derecha.
El fondo
del problema es que ciertos analistas no han comprendido la democracia e
insisten que el ganar elecciones es suficiente, sin tener en consideración que
el chavismo ha cooptado los diferentes poderes y restringido la libertad de
expresión, al punto de violar los derechos humanos, que son la base de
cualquier plataforma de izquierda moderna. No hubiese otra razón por la cual
los principales partidos de izquierda venezolana están en contra del chavismo;
la reacción simplona de algunos peruanos en tildar de “derechista” a la oposición
venezolana demuestran un conocimiento mínimo sobre la realidad política del país
caribeño.
El pronunciamiento del Frente Amplio de Izquierdas a favor de Maduro en el Perú nos da una excelente oportunidad de volver a arrebatarle a estos personajes el concepto de izquierda. La izquierda que busca la libertad y la justicia social, hacia allá nos dirigimos.
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